Podemos pensar sobre la manera en qué pensamos. Es fantástico, incluso
podemos tener la seguridad de que existe un tipo de pensamiento del que
no tenemos consciencia. Seguro que al final de la entrada echamos de
menos alguna de las maneras en las que el cerebro piensa. No tengo
vocación de exahustividad y menos en la entrada de un blog que debe ser,
más o menos breve.
Tenemos muchas maneras de pensar, a pesar de que empleamos pocas. Tenemos a Kaheman
y su diferencia entre pensamiento lento y rápido. Un pensamiento
elaborado con conciencia y otro muy rápido, pero no especialmente
exacto- Hay pensamiento consciente e inconsciente, diferencia en la que
profundiza Richard E. Nisbett. Pensamiento racional y no
racional, otra diferencia, en la que se nos señala que no confundamos no
racional con irracional. Otra diferencia es la que se encuentra entre
el pensamiento concentrado y el difuso. O los sombreros para pensar de de Bono, que
planifican la ruta del pensar. No hemos de olvidar las inteligencias
múltiples que tanto han ayudado a los profesores a reconocer a niños con
capacidades distintas. Existe la red neuronal por defecto que la que se
activa cuando no hacemos nada (creo que es la favorita de los
defensores de la siesta). No quiero dejar de mencionar el focusing
(algunos lo han traducido como pensar desde el cuerpo, se entiende que
con la parte que no es el cerebro, claro) y su autor el filósofo y
terapeuta Eugene Gendlin, otra técnica de los fundadores del
focusing es “Thinking at the edge”, en el que se mezcla el pensamiento
racional con el corporal…
Dejemos fuera el pensamiento que nos surge cuando hacemos meditación o,
como prefieren decir algunos, en un “estado alterado de la conciencia”
(y eso que meditando no se toma nada).
Así que formas y maneras de pensar hay muchas. Habrá que estudiarlas
para poder nuestra forma de pensar que, vistos los resultados, deja
mucho que desear.
En fin cerremos la entrada del blog con una frase de Cervantes que
escribía D. Quijote: “La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de
tal manera que mi razón enflaquece…”
Fuente: Sergio Cardona Herrero “Pensar el pensar y los pensares 2“