Cómo pensar mejor
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Uno de los retos que tenemos es ayudar a los estudiantes a pensar mejor o, lo que es algo parecido, a utilizar mejor el cerebro. Cuando veo a mis alumnos volcados sobre los ordenadores y recorriendo internet siento una cierta desazón y fatiga. Es como si confiaran en la muleta más que en su pierna, aunque la muleta es una ayuda excelente… cuando sabes dónde quieres ir. A veces les hago cerrar el ordenador en clase (durante una hora), pero confieso que se pone el aula al borde de una “guerra civil”.
Una de las maneras de mejorar nuestra forma de pensar es abordar un tema o un problema pasando de usar un pensamiento enfocado a un pensamiento difuso. De un pensamiento más consciente a un forma de pensar no consciente (pero tampoco exactamente inconsciente). Trato de convencer a mis alumnos (con poco éxito, creo) de que hagan meditación y “suspendan” su “alteración” (que diría Ortega en un artículo muy recomendable: “Ensimismamiento y Alteración”). Que dejen el pensamiento vagar mientras descansan.
Otra manera de plantearlo es que “accedan” a su Red Neuronal por Defecto. Es decir que dejen que se activen esas partes del cerebro que trabajan mientras no hacemos nada en concreto. Un autor francés, Vivier,  sostiene que el cerebro límbico es  como un periódico completo, mientras que al cerebro cortical le llegan algunos de los titulares y, en el mejor de los casos, algunas frases de los artículos. Si no hacemos nada parece que las conexiones entre la parte límbica y la cortical permiten el paso de más información. Es complicado convencer a los alumnos actuales de que dejen de saltar de página web a página web como si fueran monos frenéticos y que confíen en su cerebro. Deben utilizar internet para investigar, claro, pero también su cerebro para añadir algo más. Decía J. P. Sartre que “unos es lo que él hace con lo que los demás han hecho de él”. Si aplicamos esta frase a la manera de pensar de algunos, parece que no son nada, porque no añaden nada. Pasan de la acumulación a la crítica, sin detenerse en la reflexión ya sea enfocada o difusa.
Esperemos que descubran el placer de meditar, pensar o estar ensimismados.

Fuente: Sergio Cardona Herrero “Cómo pensar mejor


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One Response to "Cómo pensar mejor"

  1. Pepe (José Enebral)  20 diciembre 2019

    Sin duda habríamos de prestar mayor atención precisamente a la cogitación… Pensamos poco y quizá de modo deficiente. Diría que a menudo dejamos que nos lo den pensado y no cuestionamos las cosas… También somos un poco atrevidos en las inferencias y conclusiones, especialmente si median intereses, inquietudes, deseos… Sí, quizá habríamos de reflexionar sobre nuestro propio pensamiento, sobre cómo lo gestionamos… En fin, me parece muy bien, Alberto, que nos traigas el toque de atención de Sergio, porque sin un pensamiento de calidad (aquí aludiría al Critical Thinking Movement) se podrían malograr los conocimientos adquiridos. Buenas fiestas a todos.

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