Cuando después de una incansable búsqueda de trabajo logramos por fin una entrevista personal, lo vemos casi como un triunfo y sentimos el puesto al que optamos más cerca que nunca. Pero como todos sabemos, la competencia en el mundo laboral es enorme y cualquier mínimo fallo que tengamos durante la entrevista reducirá notablemente las posibilidades de obtener el puesto frente a otros aspirantes. Por ello, debemos evitar a toda costa algunos errores típicos comúnmente cometidos durante las entrevistas para así tener la oportunidad de destacar entre los demás. Hoy en Managers Magazine os hablamos de seis de estos errores tan comunes:
- Improvisar. El no prepararse la entrevista y acudir a la cita sin información alguna sobre la empresa son dos de los errores más cometidos y de los que más influyen a la hora de ser descartados como candidatos a un puesto de trabajo. Si no le dedicamos el tiempo suficiente a informarnos sobre el puesto de trabajo que queremos conseguir, es muy probable que en el momento en el que tu entrevistador te pregunte algo acerca del mismo no sepas como contestar adecuadamente y trates de improvisar una respuesta, lo que le dará al entrevistador la certeza de que ni tan siquiera te has molestado en informarte, demostrando una importante falta de interés. Por ello, es importante dedicar una buena cantidad de tiempo a investigar e informarse acerca de la empresa y sus objetivos. Hoy en día, con internet, esta tarea es realmente simple, ya que con tan solo una búsqueda en Google podremos encontrar multitud de información que nos será de gran utilidad.
- Descuidar la vestimenta. Hemos de tener en cuenta que una buena primera impresión es vital y nos ayudará a no ser descartados a primera vista, por lo que hemos de cuidarla y vestir adecuadamente, teniendo siempre en cuenta el puesto de trabajo al que estemos optando, así como la empresa de la que se trate. Evidentemente, no has de aparecer en chandal, pero tan poco has de ir en traje si el puesto no lo requiere, ya que probablemente no estés acostumbrado a llevarlo y te muestres algo desconfiado e incómodo por ello, lo que no resultará nada natural. Lo importante es utilizar una vestimenta con la que uno se sienta a gusto, pero siempre teniendo en cuenta el tipo de empresa y puesto de trabajo al que optamos.
- No silenciar el teléfono móvil. Aunque pueda parecer una tontería, el no silenciar el teléfono móvil hará que si recibimos una inoportuna llamada se provoque una situación incómoda que podrá acabar con tus posibilidades de lograr el trabajo que tanto anhelas. Por ello, cerciórate de que has silenciado tu teléfono y, si puede ser, desactiva también la vibración, ya que si recibes una llamada y no lo has hecho probablemente te despiste y muestres algún signo de nerviosismo. En definitiva, evita todo tipo de distracciones y silencia tus dispositivos.
- Llegar tarde. Al igual que tenemos que dedicar un tiempo a informarnos sobre la empresa y objetivos, también hemos de informarnos sobre como llegar al lugar donde nos han citado, ya que lo más probable es que se trate de un sitio que no conozcamos. Por lo tanto, no está de más informarse sobre cómo llegar, ya sea en transporte público o en nuestro propio vehículo. En definitiva, tenerlo todo estudiado para evitar retrasos o prisas que, nuevamente, mermarán nuestras posibilidades, ya que aparecer con quince minutos de retraso o llegar corriendo y con la respiración entrecortada serán sin duda motivos para generar una mala impresión.
- Darle demasiada importancia al tema económico. Preguntar nada más empezar la entrevista por el salario que percibirás puede resultar un tanto indiscreto y lo más probable es que al entrevistador no le parezca adecuado. Procura dejarlo para entrevistas posteriores o espera a que tus entrevistadores saquen el tema. Si a la primera de cambio lo haces tu, pensarán que no te importa tanto el puesto de trabajo y las funciones a realizar, sino que tan solo estás ahí porque necesitas el dinero.
- Exagerar. Debemos tener en cuenta que una entrevista de trabajo tiene el objetivo principal de valorar nuestras cualidades como candidatos y ver si somos aptos para la empresa. El exagerar nuestras cualidades o, peor aún, inventarlas, tan solo repercutirán de forma negativa en el futuro. Por poner un ejemplo, el típico “inglés medio-alto” cuando en realidad tan solo lo estudiaste en el instituto dará una mala imagen de tí, mientras que si, por el contrario, asumes que tu nivel es medio y demuestras haber estado formándote con cursos o asistiendo a clases, demostrarás de este modo una mejor imagen, ya que aunque quizá tu nivel no sea el requerido, demostrarás ser una persona sincera y con ganas de aprender, cosa que la empresa valorará.
Por Sergio Asenjo.