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german-retanaProf. German Retana. Durante y después de mi período como Presidente de la República, mantuve mi gran libertad interior; hoy camino por las calles con normalidad y sin guardaespaldas. Mis hijos, como yo, también aprendieron que si uno en verdad se dedica a servir a los demás, jamás será prisionero de sí mismo!”, me comentó el pasajero de al lado en un vuelo comercial.

¿Qué otras valiosas lecciones acumuló él en su delicada función y que son útiles para gerentes y líderes de equipos?

“Todos tenemos una especie de retrato propio enmarcado; los bordes son nuestros valores y límites. Cuando las ansias de poder, el protagonismo y la avaricia crecen sin control, el marco se rompe y el ego se desparrama.” Al repasar esta segunda lección, el expresidente señaló que salir de la función pública sin una fortuna bajo del brazo, le permite ser el mismo de siempre, sin requerir esconderse de nadie ni de nada.

“Decidí suponer ignorancia en varios temas; entonces me propuse escuchar con minuciosidad y aprender de los ciudadanos”, agregó. La sabiduría popular es potente y puede orientar a los líderes; sin embargo, el “ego” exagerado provoca que algunos dirigentes hagan tanto ruido con su auto-aplauso que se vuelven sordos y se encarcelan en la intolerancia, el irrespeto, el egoísmo, el odio y la ambición. No se trata de reprimir el ego porque también cumple buenas funciones como estimular la confianza y la superación; el reto es no sobredimensionarlo, al confundir servir al equipo con ser servido por éste.

El desarrollar un sano orgullo y una óptima autoestima nos evita declararnos “especiales”, pues quienes así se consideran suelen ser los iniciadores de las tempestades en las empresas. La línea que separa el buen orgullo de la arrogancia es tan delgada, que solemos traspasarla intermitentemente.

Observe los problemas más serios en su entorno, ¿verdad que fueron creados por “especiales” picados por la avispa del poder mal usado? Por eso hay que cuidarse de quienes uno se rodea.

“También aprendí que en los momentos de crisis lo primero que hay que hacer es no hacer nada; es vital verificar su magnitud y luego reaccionar aglutinando esfuerzos y talentos”, enfatiza el exgobernante. En momentos límite, si el ego atrapa a los líderes, éstos se precipitarán al procurar protagonismo o incurrir en arrogancia para rechazar ayuda de otros.

El avión tocó pista, algunos conciudadanos le reconocieron y saludaron con afecto; al despedirnos le pregunté si volvería a la Presidencia, dijo que sí, pero a la del sistema judicial, pues su país demanda cambios profundos; eso me recordó la famosa frase de Winston Churchill: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”.

Fuente: Blog del INCAE.

Prof. German Retana
Profesor en las áreas de liderazgo, planeamiento estratégico y cambio organizacional.
German.Retana@incae.edu


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