Tan cercano y tan lejos: Sobre el coaching transcultural
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“Cómo no ver que, cuanto mayor es el vacío entre nosotros y el obyecto, más se vitrifica, se cosifica,lo que nos separa del real. Y cuando lo definimos más nos definimos. Entonces podremos transformar el mundo, teniendo el mundo en nosotros” – Noronha da Costa, pintor portugués.

Noronha da Costa es uno de los pintores portugueses contemporáneos que más aprecio; de su valor artístico poco sé, y menos aún de las polémicas sobre su pintura, pero me agrada estéticamente y, sobre todo, me seduce su juego con los fenómenos de la percepción.

Cómo todos los pintores pasó por varias fases, pero en sus cuadros podemos encontrar casi siempre el tema de cómo miramos a la realidad y de cómo la aprehendemos: entre cada observador y una dada realidad habrá siempre una pantalla –de acuerdo con sus propias palabras- donde se proyecta una imagen –que tiene, por cierto, elementos de lo observado, pero también mucho del observador.

Nuestra verdad es, así, siempre una verdad relativa: no vemos lo que es, sino lo que nos parece, influenciado por muchos factores.

Todos nos hemos ya dado cuenta que la nitidez de una imagen –de su aprehensión- depende de la distancia: si estamos lejos la vemos pequeña y con pocos detalles, pero si no acercamos demasiado se borra. Y esto vale igual para la distancia física como para la psicológica: cuanto más próximos estemos de una persona menos lucidamente tenemos tendencia a verla, o, igual,sintiéndonos demasiado lejos (emocionalmente) también con dificultad la veremos en su plenitud –valorando algunos aspectos en detrimento de otros.

noronha

Por ejemplo, si preguntáramos a los portugueses cuál es el pueblo que consideran más próximo, estoy seguro que la mayoría contestaría que son los españoles. Son los dos pueblos latinos, comparten un pasado con mucho de común, hablan un idioma muy parecido y habitan un territorio en forma de Península, cuya única verdadera frontera natural son los Pirineos. Con esta idea portugueses y españoles y españoles y portugueses empiezan muchas veces a trabajar. Cómo pasará, de igual manera, entre muchos pueblos con fronteras y / o idiomas comunes.

Si es verdad que entre los españoles y los portugueses son muchas las semejanzas, es verdad también que muchas son las diferencias e importa que las entiendan, si quierentrabajar conjuntamente o comunicar adecuadamente.

Una de las barreras más frecuentes con la que se encuentran quienes tienen que ir a un país distinto al suyo –o, más sencillamente, tan solo hacer negocios- es la de no ser capaz de salir mentalmente de su cultura, después de haber salido ya físicamente; agravado, en mi opinión, en los casos de engañosa proximidad, cuando el idioma es igual o casi. Es que no lo son las mentalidades, lo que crea un vacío de comprensión, abriendo como que un pozo, donde muchos se ahogan.

No debe olvidarse que el esfuerzo mayor tiene ser hecho por el que llega –está en una tierra que no es la suya-, empezando por comprender a los otros en su identidad propia –lo que no quiere decir estar de acuerdo-, definiéndolos para definirse, y a través de un proceso empático –palabra de origen griega que quería decir sentir cómo.

En una relación hay dos maneras de entender al otro: de fuera para dentro o de dentro para fuera; esto es, o a partir de mi sistema mental miro hacia el otro bajo mis leyes, principios y hábitos -lo que no ayuda mucho-, o intento entenderlo desde su propia lógica intrínseca para que entonces pueda conocerlo mejor. Y, conociéndolo, más fácilmente sea capaz de ganar su confianza y sepa conseguir su cooperación.

Es aquí que el Coaching transcultural puede ser de grande utilidad: contratar un Coach que domine, además de los idiomas, las culturas de origen y de llegadaes, seguramente, una buena inversión, que permitirá ahorrarse mucha energía y tiempo, cómo, proactivamente, obviar aún a que el sujeto cometa errores, a veces irreparables o de elevados costes.

Si, arrogantemente, creo siempre que soy yo el que está cierto y el otro el que tiene que cambiar, me podré quedar con el sentimiento de tener razón, pero no seguramente con el problema resuelto –y el suceso de la vida no se mide por las veces que reivindicamos la razón, pero sí por la capacidad de superar obstáculos y solucionar problemas. ¿Y que mejor ayuda podrá haber para superar obstáculos  transculturales y prevenir problemas que un buen coach?

Entiendo que quien llega tenga prisa de alcanzar los objetivos, de rentabilizar las inversiones y se impaciente; pero si un tren va demasiado rápido las imágenes aparecen huidizas y poco nítidas, no permitiendo ver debidamente los pormenores del paisaje que atravesamos. Hay que buscar, con la ayuda de peritos, el punto central  donde las dos culturas se encuentran, con lo que tengan de mejor: “Entonces –como dijo Noronha da Costa- podremos transformar el mundo, teniendo el mundo en nosotros.”

* Fausto Marsol es Consultor en Desarrollo Organizacional y Profesional (Coach, by ICC). Autor de Maquiavelo para Gestores Contemporáneos Cómo Volverse Príncipe de la Gestión (Editorial Corona Borealis)

Imagen: prosimetron.blogspot.com


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