Ayer estaba viendo la televisión por la noche cuando me encontré con un documental en la Sexta sobre un tipo que se llama Giuseppe Beppe Grillo, que no tenía ni idea de que existiera, pero parece ser que es el líder de la tercera fuerza más votada de Italia en las últimas elecciones.
Al principio me senté a ver cómo le entrevistaban con un cierto escepticismo. Lo presentaron como un popular cómico venido a político, y eso, en un país como Italia donde la política ha sido siempre un gran circo, hacía pensar que este tipo era otro populista de tomo y lomo.
Sólo en Italia, una estrella de la industria del cine adulto como Cicciolina podía llegar a diputada. Sólo en Italia podía existir un primer ministro socialista como Bettino Craxi, prófugo de la justicia italiana en Túnez. Sólo en Italia podía reelegirse una y otra vez a un mafioso de la derecha como Silvio Berlusconi, cuyos problemas con la justicia sólo son superados por sus escándalos públicos con menores. Sólo en Italia se podía imponer a un tecnócrata de Bruselas como Mario Monti, o en otras palabras, un banquero al frente de un país. En Bruselas debieron pensar -¿es que no se aburren en Italia de que sus políticos inútiles les roben?, ¡dejen a un profesional!-. En un país donde la economía sumergida supone cerca del 17% y donde la mafia es la mayor corporación del país. Y en Italia tenía que aparecer un Beppe Grillo con un 25% de los votos.
Por supuesto que Grillo es un personaje hiperbólico: es un cómico y un personaje mediático que sabe dominar la escena, puesto que lleva años moviéndose en ella. A su rival Berlusconi lo tacha de “gato muerto” (suponemos que por sus continuos restylings e implantes capilares que han dejado su cara irreconocible. Y a Mario Monti lo llama de “Rigor Monti”, en referencia a su aspecto hierático.
Durante 8 años fue vetado de la televisión pública italiana, la RAI, y de todas las demás, por llamar a los socialistas ladrones -entonces en el poder- en horario de máxima audiencia. Grillo era ya tan popular que comenzó un programa en la televisión suiza… que se veía en toda Italia. No se puede esperar competir contra los políticos haciendo lo mismo que ellos hacen y Grillo es todo lo opuesto a un político al uso: nunca habla para los medios de comunicación, a quienes considera intereses económicos al servicio de los políticos, y toda su campaña se ha realizado a través de Internet.
Por ejemplo, en España tuvimos el Movimiento 15 M, pero fue un movimiento que nació muerto, puesto que los políticos de siempre pronto capitalizaron el movimiento. Al cabo de una semana aquello empezó a parecer, saber y oler como un nuevo partido político, y muchos empezaron a sentirse defraudados por ello. Y lo mismo ocurrió con Occupy Wall Street. Pero Grillo sabe que el sistema sólo se cambia desde dentro, y por eso ha concurrido a las elecciones con un partido político pero que no tiene nada de político, el Movimiento Cinco Estrellas. Grillo no sirve a distinciones ideológicas de izquierda y derecha, sino que dice estar al servicio de la sociedad. Su gran éxito ha consistido en aglutinar a todo el arco político con medidas de consenso, incluyendo a los extremos de izquierda y derecha.
No tienen sedes políticas. Sus candidatos no son políticos profesionales sino ciudadanos de a pié, votados por otros ciudadanos. No permiten a miembros en la política activa con causas con la justicia, lo le excluye también a él, que hace ños estuvo involucrado en una causa penal por un accidente de tráfico con varios fallecidos. Una de las cosas que más me gusta es que pese a todo no es un revolucionario duro sino un pacífico “Hay señales de una revolución sangrienta. Nosotros estamos dando soluciones a este sector. Estamos evitando que la democracia se desintegre con violencia”.
No les adelanto más, el resto lo pueden ver en este documental tan interesante de la Sexta, que por desgracia se va volviendo algo más pesado en la última parte, a medida que dejan de hablar de Grillo y el Movimiento Cinco Estrellas para divagar sobre otros temas que nada tienen que ver. Cuando uno se encuentra un personaje así es imposible dudar de sus intenciones, si son buenas o malas, si triunfa o si fracasa, el tiempo lo dirá. Nada volverá a ser lo mismo en la política Italiana después de Grillo, sus ciudadanos han dicho basta a la corrupción y basta los políticos al uso. A los políticos de carrera sólo les empieza a quedar el recurso al miedo, claro…
