
PUBLI – Seguro que si menciono el concepto de “empresa innovadora” a todos os vienen a la cabeza varios ejemplos. Me atrevo a aventurar que entre las que tenéis en mente habrá empresas tecnológicas (principalmente en Internet y telefonía), empresas de energía (con las renovables a la cabeza), incluso empresas de automóviles. Pero, ¿cuántos de vosotros habéis pensado en una destilería? Pues voy a contaros el caso de una empresa, The Reformed Spirits Company y de una Ginebra, Martin Miller’s Gin nacida de la innovación.
En un sector donde la tradición y el sabor añejo es un valor al alza, en 1999 Martin Miller decide que no hay disponible ninguna ginebra que esté al nivel de su exquisito paladar y pone todos los recursos necesarios en la búsqueda de “la Ginebra perfecta”. No hay límites, ni monetarios, ni prácticos, ni geográficos. Diseñarían el proceso perfecto para fabricar la base ideal para sus Gin-tonic. Y luego lo llevarían a la práctica.
Tenemos aquí los elementos claves del proceso innovador: inconformismo con lo existente, análisis de los procesos, evaluación de alternativas y, algo muy importante en la innovación, atrevimiento, o porqué no, ese punto de locura que permite abordar las ideas nada conservadoras y avanzar a gran velocidad en la creación de nuevas soluciones. En nuestro caso la idea genial, la Ginspiración como lo define Martin Miller, fue trasladar el licor recién destilado más de 5000 kilometros para mezclarlo con agua extremadamente pura de un glaciar.
Y aún hay más innovación, en los canales de marketing. No son los primeros en utilizar Facebook y Twitter, pero sí son unos usuarios activos de las redes sociales. El canal de Facebook además de utilizar el moderno timeline es una gozada, lleno de fotos cuidadas y actualizaciones frecuentes y la cuenta de Twitter @MMGin_es es menos llamativa pero también es muy activa.
La experiencia…
Después de todas las expectativas creadas había que comprobar si el producto estaba a la altura, así que el pasado día 8 de marzo nos reunimos unos amigos (buen punto de partida), algo de música, un lugar relajado y los elementos necesarios (cortesía de Martin Miller’s) para preparar el gin-tonic perfecto ayudados a través de videostreaming por Eduardo, barman profesional.

Y el resultado fue un “afterwork” apasionante en el que aprendimos mucho y disfrutamos aún más con una Ginebra mucho más rica en matices de lo habitual, sin esa aspereza de muchas y con un tacto agradable que invitaba incluso a degustarla sola. Gracias a la gente de MM (compartimos acrónimo) por contar con nosotros para estas experiencias que sin duda repetiremos en breve.