Convertirnos en quienes deseamos ser
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Por Rafael Ayala

“Para convertirnos en el tipo de persona que deseamos ser necesitamos preguntarnos cómo es el tipo de individuo que obtiene esas metas”

Es un hecho que quiénes tienen metas suelen tener mejores resultados en su vida que quiénes no lo hacen. Estudios al respecto hay muchos e incluso el sentido común nos dice que quien no tiene un blanco al cual disparar, jamás dará en él. Así, tener metas específicas y claras es muy importante en nuestra vida. Una vez que nos hemos auto impuesto objetivos el siguiente paso que suele pensar o hacer la mayoría se relaciona con qué debemos hacer para avanzar hacia dichos propósitos. Sin embargo, en un seminario sobre metas que tomé con Darren Hardy, comentó un paso previo que me ha parecido fundamental para realmente avanzar hacia nuestros deseos. Este punto consiste en identificar qué requerimos cambiar en nosotros para convertirnos en las personas que puedan obtener esas metas.

La mayoría de quiénes buscamos alcanzar nuevos y mejores logros pensamos que una vez que hemos establecido los objetivos debemos trabajar para alcanzarlos; pero el verdadero reto no radica allí, pues los objetivos no se alcanzan, se atraen. Me explico mejor. Si yo deseo incrementar mis ingresos al doble de lo que gano hoy, requiero convertirme en el tipo de empleado, prestador de servicios, comerciante o empresario que pueda atraer ese nivel de ingresos. Si un joven soltero define que quiere como esposa a una mujer intelectual y atlética, que guste del arte, la literatura y la práctica constante del deporte; primero debe trabajar en él mismo para convertirse en un hombre que resulte atractivo para alguien de las características de esa mujer; entonces sus posibilidades de atraer a una joven con esas cualidades aumentan considerablemente.

Si su deseo consiste en bajar de peso en 10 ó 15 kilogramos; en lugar de esforzarse en llegar a su nuevo peso, debe buscar convertirse en una persona que  tenga naturalmente ese peso. Si se pone a dieta y logra el peso deseado, pero no se ha convertido en una persona que por su forma de alimentarse y estilo de vida tendría ese peso, seguramente en un tiempo cercano recuperará el peso perdido.

Para convertirnos en el tipo de persona que deseamos ser necesitamos preguntarnos cómo es el tipo de individuo que obtiene esas metas. En el caso de desear reducir mi peso de 85 a 70 kilogramos puedo preguntarme: ¿cómo come una persona de mi estatura que pesa 70 kilos?, ¿cómo será su actividad física y su estilo de vida?, ¿cuánto tiempo dedicará a hacer ejercicio?, ¿qué conocimientos tendrá sobre nutrición? En el ejemplo de tener como objetivo multiplicar mi ingreso los cuestionamientos pueden ser: ¿qué necesita saber una  persona que gana esas cantidades?, ¿cuáles son sus ventajas competitivas?, ¿en qué tipo de negocios gana eso?, ¿qué estilo de vida tiene alguien que genera esas cantidades?, ¿qué revistas, diarios y libros lee?, ¿con qué tipo de personas se reúne o tiene como mentores?, ¿cuánto tiempo dedica a su trabajo?, ¿en qué invierte el resto de su tiempo?

La clave de esta lógica radica en reconocer que para obtener los logros que anhelamos requerimos trabajar en nuestra persona, no sólo en nuestras actividades. Requerimos por supuesto actuar, pero más importante que ello, necesitamos transformarnos, es decir llegar a ser personas capaces de atraer lo que anhelamos. Parte de la recompensa de pensar y actuar así es que no sólo obtenemos las metas que nos establecimos, sino que nos convertimos en personas a las que se les facilite hacerlo. ¡Hemos crecido! Y eso en sí ya es un gran logro.

Le invito a no rendirse ante las metas que se ha puesto este inicio de año y si no las definió, aún es tiempo para hacerlo. Sueñe cómo desea estar en las diferentes áreas de su vida y en sus relaciones más importantes, establezca objetivos claros, específicos, con fecha límite, alcanzables y   retadores. Establezca metas que impliquen esfuerzo pero que también sean realistas. Una vez que  las tenga pregúntese en qué tipo de persona debe transformarse para lograrlas, qué tipo de hábitos debe desarrollar y de cuáles se debe deshacer, con qué tipo de personas se debe reunir, a quién puede pedir ayuda, qué debe aprender, en dónde debe invertir su tiempo.

Invierta en su vida, establézcase metas y conviértase en el tipo de ser humano que las puede alcanzar. Estoy convencido que un hombre y una mujer determinados pueden transformar su realidad y con ella la de las personas a su alrededor. Me dará mucho gusto recibir noticias suyas respecto a sus metas y sueños, sé que los puede alcanzar.

Rafael Ayala es el Director General de Efectividad Humana.  
Empresa dedicada al incremento de la productividad de las personas en las organizaciones.
Comentarios a: info@rafaelayala.com


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