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Hace tiempo cuando desde algunos grupos se proponía la idea de la cancelación masiva me parecía una cosa inconcebible y totalmente absurda. Primero porque supone colectivizar una serie de irresponsabilidades individuales, o el llamado moral hazard (¿por qué rescatar a los hipotecados y no a quienes inviertan en acciones, empresas, etc.). Y segundo porque supone quebrantar por completo la seguridad jurídica de cualquier país.

Pero la verdad es que cada vez estoy dudando de esta posición, y creo que uno no es inconsistente cambiar de opinión de vez en cuando, si es para bien. No sé si se acuerdan de mi anterior artículo “Islandia no estaba muerta, estaba de parranda“. Pues bien, hoy leo en el Economista que en Islandia la revuelta ciudadana ha logrado que la banca condone las hipotecas. Los economistas no salen de su asombro ante el éxito de Islandia, que ha aplicado unas medidas tan poco ortodoxas y que el año pasado y el presente están ya creciendo en el entorno del 2-3%. Quién pudiera.

También hace tiempo vi un vídeo de Michael Hudson en la fabulosa página de Qmunty (indispensable punto de información para quienes quieran enterarse de por dónde van los tiros de esta crisis). Hudson, profesor universitario y ex-asesor de Wall Street, en un video para The Renegade Economist  propone una situación que ya viene reflejada hace miles y miles de años, en tiempos bíblicos nada menos. Una solución que aparece en Libro del Levítico, la cancelación de todas las deudas existentes. Vuelta al punto cero. Tábula rasa.

Pero claro,  España no es Islandia, ¿no?.


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2 Responses to "La solución a la crisis ¿tabula rasa?"

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