¡Tolerancia!
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Tolerancia“Si tuviéramos que tolerar a los demás todo lo que nos permitimos a nosotros mismos, la vida sería intolerable.” G. Courteline, resume así buena parte de la razón que impide a personas y organizaciones lograr mayores resultados y disfrutar de una mejor calidad de ambiente de trabajo. Las inconsistencias en el comportamiento de unos pocos suelen generar malestar para la mayoría.

La tolerancia a la diversidad de criterios estimula la innovación, la proactividad y las relaciones asertivas, bases para alcanzar el alto desempeño. Para crecer en esta virtud debemos empezar por aceptar que en ocasiones ni siquiera nos conducimos según pensamos que somos. ¿Quién está exento de contradicciones y discrepancias consigo mismo? La conciencia de ser falibles abre la puerta a la humildad y al respeto a uno mismo, fuentes del respeto hacia los demás.

No se debe confundir ser tolerante con ser permisible. Todo tiene sus límites y cuando un equipo se declara abierto a los desacuerdos y la discusión, no significa que los necios  e intransigentes tienen vía libre para hacer su fiesta. Ni tan flexibles como la caña ni tan rígidos como el cedro, dice el refrán. Los principios más profundos marcan los límites de la tolerancia y cuando se pone en juego la dignidad de las  personas allí mismo se termina. Una cosa es aceptar las debilidades o carencias  de los demás y otra, muy distinta, es regalarles una licencia para afectar el clima laboral y los resultados del equipo.

Según un proverbio judío, si todos tirásemos en la misma dirección, el mundo se volcaría. ¡Bienvenidos los críticos! Ellos desafían versiones de la realidad, cuestionan la pertinencia de los cambios y obligan a mejorar. ¡Bienvenidos los escépticos!

Ellos estimulan la profundidad de argumentos para probar lo que se considera verdad.

Según J. F. Kennedy, la tolerancia es esa sensación molesta de que al final, el otro pudiera tener razón. Hasta allí todo está bien; los problemas inician cuando surge alguien que no escucha, que juzga, condena y avasalla a otra persona o al equipo con prepotencia, autoritarismo e intentos de monopolizar la verdad.

Una relación interpersonal está rumbo al abismo final cuando la intolerancia de una de las partes se estrella con el respeto a sí misma de la otra. Ningún avance en la dirección contraria es posible sin la tolerancia; y eso mismo sucede en las organizaciones. Sin ella la creatividad no encuentra nido ni el progreso terreno  fértil.

german-retanaLas personas, empresas y naciones más exitosas no son las que carecen de conflictos; sino las que, con inteligencia, usan la tolerancia a la diversidad como palanca para desarrollarse y escuchan las sabias palabras del poeta Walt Whitman: “Si no  podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas.”

German Retana

Profesor Pleno, INCAE Business School

Imagen: Tolerancia


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