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Desde hace un tiempo llevo observando el marketing político de los dos grandes partidos españoles, y he llegado a las siguientes conclusiones:

1. Existe una constante en la estrategia de marketing del Partido Socialista Obrero Español, especialmente desde la Era Zapatero. Consiste en lo que yo lo llamo “el marketing del despiste” y da unos réditos electorales históricamente muy elevados. Lo llamo del despiste porque no se sabe muy bien si lo hacen para despistar al electorado, a la oposición, o si ellos mismos no saben muy bien por donde se andan.

2. Su rival y principal partido de la oposición, el Partido Popular, carece absolutamente de una estrategia de marketing salvo practicar el antimarketing o desmarketing, que  consiste en pasar desapercibido a ver si las cosas caen por su propio peso.

Hoy hablaré de la estrategia número 1, porque evidentemente de la número 2 poco se puede decir.

Les dejo con un análisis de la estrategia polítca del PSOE, o lo que es lo mismo, las

7 estrategias de marketing del despiste:

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dr-zapatero-mr-rubalcaba1) Ni sí, ni no, sino todo lo contrario: Se trata de que un relevante miembro del partido diga una cosa (el presidente, Zapatero) y otro miembro diga exactamente la opuesta (el presidente de una comunidad autónoma X, por ejemplo). Esta se ha usado mucho en Cataluña, por ejemplo, y se suele practicar para evitar quedar mal con unos y con otros.

2) El poli bueno y el poli malo: Uno se hace de radical para quedar con las clases proletarias (Rubalcaba o José Blanco amenazan a la banca, o habla de un impuesto a los ricos) y el otro de moderado lo matiza (La ministra de economía, Elena Salgado dice que no esta de momento en la agenda). Esta se usa mucho para hacer proselitismo pseudo-marxista sin que luego llegue la sangre al río.

3) El globo sonda: Consiste en hacer filtraciones a la prensa o dejar que hablen miembros del partido de segunda fila hablen para ver cómo reacciona el electorado. Los de políticos de primera fila lo desmienten categóricamente, aunque al poco tiempo sacan adelante la medida. Se suele usar

a) Para calcular el coste político de una medida (por ejemplo, el aborto).

b) Para ir preparando al electorado una medida impopular (cuando van a subir los impuestos)

c) Para desviar la atención pública de otro tema de actualidad (crear una agria polémica sobre la eutanasia o la religión o cualquier otro tema intrascendente para la inmensa mayoría de los españoles, con el fin de que no se note la subida de impuestos que prometieron no llevr a cabo).

4) Fuegos artificiales: Consiste en anunciar a bombo y platillo una reforma muy impopular de gran trascendencia para agradar a los mercados financieros o a nuestros socios europeos -vamos, a los que nos prestan el dinero- y al final hacer una reformilla o parchecillos que se alargan durante meses o incluso años y que en algunos casos nunca se completan (Reforma Laboral, Ley de Economía Sostenible, la reforma del sistema bancario…).

5) Jekyll y Hyde: Esta es la última fase en la que ha entrado el PSOE, en virtud de la cual que el mismo miembro dice una cosa el lunes y el jueves la contraria. ¿Se acuerdan ustedes de Zapatero diciendo un viernes aquella famosa frase de “Reducción del déficit sí. Drástica no”?.

Dos días después, tras una llamada de nuestros socios europeos, comparece Zapatero en el congreso con cara sombría anunciando “duras medidas, sacrificios y esfuerzo importante”. O lo que es lo mismo, el mayor recorte social en la historia de la democracia española; reducción del salario de los funcionarios, congelación de las pensiones, recorte del gasto para los ancianos dependientes, eliminación de subvenciones por nacimiento de bebés, etc.

6) Los trileros: en realidad es una evolución de todas las estrategias anteriores. Consiste en hacer diametralmente lo contrario de lo que se ha venido haciendo desde hace años -por obligación de nuestros socios europeos, claro- y además colgarte medallas por hacerlo tarde y mal, haciendo pensar a la gente que es lo que tú siempre has dicho. Y si no se lo creen les presento la cronología del absurdo: la política sobre el déficit público:

2001: el Partido Popular promueve la Ley General de Estabilidad Presupuestaria con el fin de mantener un equilibrio presupuestario y un déficit limitado.

2008: el Partido Socialista deroga la Ley Gneral de Estabilidad Presupuestaria.

2010: Mariano Rayoy (candidato del Partido Popular a la presidencia) propone el control del déficit público por norma constitucional, a lo que Alfredo Pérez Rubalcaba (el actual candidato del Partido Socialista) responde con burlas y chanzas. Incluso se anima a contar chistes.

2012: Jose Luis Rodríguez Zapatero, propone un pacto al Partido Popular para una reforma de la constitución para limitar el déficit. ¡Que papelón para el candidato a la presidencia, Pérez Rubalcaba!, ¡observen su cara!.

Para que se hagan una idea, la deuda pública total en los 8 años de gobierno del Partido Popular pasó de 300.000 a 400.000 millones de euros, mientras que en los 7 años y pico del Partido Socialista la deuda creció de los 400.000 a los 700.000 millones.

Fuente: no se pierdan los gráficos de Blog de Javier Sevillano, el algodón no engaña.

7) Si yo puedo hacer lo mismo pero mejor.

Ahora resulta que la última del Partido Socialista es parecerse al Partido Popular. El candidato Pérez Rubalcaba trata por todos los medios de distanciarse de su antecesor, como si él no hubiera sido vicepresidente y miembro activo de todas políticas de Zapatero.

Analicemos el maravilloso cambio del PSOE con Zapatero-Jekyll: vemos un color rojo exactamente igual que el de los principales grupos sindicales del país (UGT y CCOO). Sólo les falta el puño en alto y cantar el himno soviético.

Y el después, cuando el PSOE toma la “pócima de los mercados europeos” se convierte en Rubalcaba-Hyde: el candidato a la presidencia del PSOE hace se desmarca de su estética y opta por un azul y blanco… ¡Sospechosamente parecido a los colores de su rival el Partido Popular!. Es como si quisiera decir a los votantes y a los mercados financieros: “¡Cuando nos ponemos el sobrero marxista, lo hacemos mejor que el PP, y cuando nos ponemos el sombrero neoliberal también lo hacemos mejor que el PP!”.

Concluyendo; realmente he investigado en busca de algún antecedente histórico mundial de estrategia política similar al del Partido Socialista, pero no he encontrado ningún caso. Y me pregunto si esta estrategia daría frutos en algún país salvo en España, donde parece que estamos acostumbrados a que nos tomen el pelo por sistema.

Pero lo que más me sorprende del caso es la mansedumbre con la que responde el PP, que se muestra absolutamente incapaz de desmontar y rentabilizar electoralmente los continuos traspiés de sus oponentes. Qué retórica parlamentaria y qué marketing tan lamentable el del Partido Popular.


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