Agnes Gonxha Bojaxhiu, más conocida como Madre Teresa de Calcuta, nació en Skopje, una antigua ciudad Albana hoy perteneciente a la República Yugoslava de Macedonia, el 26 de agosto de 1910. Desde muy jóven hizo patente su deseo de servir a los desfavorecidos, y en 1928, fascinada por las historias de misioneros yugoslavos en la India, solicitó el ingreso en la Orden de Nuestra Señora de Loreto en India. Ese mismo año ingresó en el noviciado de Darjeeling.
Tras una vida dedicada a los más pobres de entre los pobres, en 1950 dejó un legado imperecedero: fundó la orden de las Misioneras de la Caridad, y en 1963 su rama masculina, los Hermanos de la Caridad. En 1979 recibió el premio Nobel de la Paz, y falleció en 1997 en Calcuta, ciudad donde trabajó incansablemente durante toda su vida. En el día de su muerte se habían consagrado casi 4.500 misioneras de la caridad 610 comunidades se establecieron en 133 países del mundo. Años más tarde, en 2003, fué beatificada por el Papa Juan Pablo II.
En éstas fechas navideñas, les invito a conmoverse con el carisma de un verdadero líder. Uno de esos cuya autoridad no le ha sido conferida por rangos, ni títulos, ni por nacimiento, sino sólo por sus valores; fe, entrega, valor, trabajo y generosidad.
Imagen: Bio-G
Les dejo con un documental sobre la vida de la Madre Teresa. Espero que les guste.
PARTE I.
PARTE II
PARTE III
PARTE IV
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Algunas de las más famosas máximas de la Madre Teresa de Calcuta son las siguientes:
¿Cuál es el día más bello? Hoy.
¿La cosa más fácil? Equivocarse.
¿El obstáculo más grande? El miedo.
¿La raíz de todos los males? El egoísmo.
¿La distracción más bella? El trabajo.
¿La peor derrota? El desaliento.
¿El regalo más bello? El perdón.
¿La sensación más grata? La paz interior.
¿El resguardo más eficaz? La sonrisa.
¿La mayor satisfacción? El deber cumplido.
¿La fuerza más potente del mundo? La fe.
¿El mejor remedio? El optimismo.
¿El error mayor? Abandonarse.
¿Los mejores profesores? Los niños.
¿Las personas más necesarias? Los padres.
¿La primera necesidad? Comunicarse.
¿El peor defecto? El malhumor.
¿La persona más peligrosa? La mentirosa.
¿El sentimiento más ruin? El rencor.
¿El más imprescindible? El hogar.
¿La cosa más bella de todas? ¡El amor!.
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Oportunas me han parecido las máximas traídas de la Madre Teresa, no pocas de las cuales habrían de ser recordadas-aplicadas también en el trabajo cotidiano. Allí sobra tal vez egoísmo, miedo, malhumor, falsedad…, y falta quizá la sonrisa, el perdón, la comunicación… Lo digo porque creo que todos podríamos ser, a la vez, más efectivos y felices en el trabajo.
Si, la verdad es que las máximas son extrapolables a cualquiera independientemente de que uno sea religioso o no.