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management cientifico segun carlos herrerosPresento al  lector el primero de una  serie de artículos en  los que  iré desgranando mis ideas  e  investigaciones  sobre  la  relación  entre  el  management,  la  neurociencia  y  la biología.

La página “Management”  del suplemento  de El Mundo “Expansión y Empleo” del 10 de octubre,  publica  un  artículo  de  Tino  Fernández  titulado  “¡Siga  a  ese  líder!”, con  el siguiente subtítulo: ¿Atila o “La Roja”?; Guardiola o Marco Aurelio?, ¿Quién inspira como gestor  de  personas?.  Filones  ajenos  al  éxito  deportivo  presentan modelos mucho más sólidos”.

“Esta  fiebre  eficaz  de  éxitos  fulgurantes  –que  en  algunos  casos  no  se mantienen-  ha dejado  de  lado  otros  filones  del  liderazgo  en  los  que  duermen  historias  de  personajes solventes que reflejan una imagen ejemplar para quienes buscan fórmulas ganadoras de management: figuras  históricas,  políticos,  científicos  e  investigadores,  filósofos  y pensadores esperan su turno”.

Llevo algún  tiempo pensando en el significado de la búsqueda de comparaciones-  “los modelos  eficaces  deben  ser  metáforas  que  transciendan  al  tiempo  y  que  perduren”, afirma Tino Fernández-   que  indudablemente pueden ayudarnos a pensar   pero que no tienen  en  cuenta,  por  resumir  mucho,    la  complejidad  actual  de    los  entornos empresariales  y  la  de  quienes  dirigen  las  organizaciones,  que  dista mucho  de  las  de otras épocas históricas; claro que  la Historia nos da claves para entender el presente y para pensar en el futuro, pero también otras ciencias.

A mi  juicio, nos encontramos ante una paradoja: una práctica, la del management, que trata  de  cómo  organizar  y  dirigir  empresas  en  el    presente  y  en  el  futuro-  recordemos cómo  se  insiste  en  que  los  líderes  han  de  tener  visión-  algunos  quieren  inspirarla únicamente  en  “filones  del  liderazgo  en  los  que  duermen  historias  de  personajes solventes”, es decir, únicamente en el pasado y prescindiendo de algunos avances científicos  actuales. Es  cierto  que  muchas  de  estas  comparaciones  con  el  pasado llegan  a  la  conclusión  de  que  tal  dirigente  político    o  tal  pensador  ya  tenía  inteligencia emocional (IE),  lo cual no es decir mucho porque el   “homo sapiens”  la ha  tenido  desde su origen ; y la tienen, quizá en menor medida- aunque son numerosos los estudios que demuestran  que  no  hay  tantas  diferencias-  los  primates  no  humanos  y  otras  especies.

Quienes estén interesados en esta cuestión de la IE en otras especies que visiten la web www.somosprimates.com.

Repasando la literatura muy actual sobre el management , echo mano de mi biblioteca y encuentro, entre otros : “The future of Management” (Gary Hamel, 2007); “Managers not MBAs” (Henry  Mintzgerg,  2004);  “Managing”  (Henry  Mintzberg  2009); “Reinventing Management” (Julian Birkinshaw, 2010); “Management is not what you think” (Mintzberg, et  al.2010).  Todos  ellos  invitan  a  re-pensar  el  management,  y  coinciden  en  que  han dejado de ser útiles las viejas prácticas y sugieren imaginar organizaciones más eficaces y  sostenibles  no  solamente  desde  el  punto  de  vista medio-ambiental  sino, sobre  todo, humano, social. Ninguno de estos autores cita a ningún clásico ni a ningún deportista de élite.

No es que la Historia no nos sirva; es que, a mi juicio, es insuficiente, sobre todo cuando disponemos de métodos mucho más recientes como la Neurociencia; y de otros que ya han cumplido 150 años pero que son eficaces para ofrecernos marcos de referencia explicativos: la teoría de la Evolución.

La Historia es una ciencia, pero no la única. Es como si tuviéramos cierta pereza mental para buscar en otras aquello que puede servirnos para mejorar la gestión de nuestras organizaciones y la calidad de quienes las dirigen. Ciencias que son explicativas pero que también nos ofrecen herramientas prácticas para aprender y mejorar. Es como si quienes nos dedicamos a pensar y a hablar sobre el management, al mirar sólo al pasado, qusiéramos liberarnos de la carga, y de la ansiedad, de bucear en las inciertas aguas del futuro, cosa que reprochamos a los directivos que sólo utilizan el retrovisor para hacer sus planes estratégicos.

En el número del 23 de septiembre de 2010, la prestigiosa “The Economist” publica un artículo cuyo antetítulo es “The biology of Business” y el título “Homo administrans”. Cuenta cómo Michael Zyphur moviéndose con su bata blanca por los pasillos de la escuela de negocios de la Natonal University de Singapur, parecía una visión desconcertante; pero no era una forma de vestir provocativa. Es que el profesor se dedica a recoger muestras biológicas para estudiar las jerarquías organizativas; las utiliza para buscar marcadores biológicos, hormonas, que puedieran ser la causa o reflejar pautas de comportamiento relevantes para el mundo empresarial.

Desde su aparición a principios del siglo XX, sigue “The Economist”, la ciencia del management ha estado dominada por lo que Leda Cosmides y John Tooby, dos psicólogos evolutivos, llaman con con cierto menosprecio el modelo de ciencia social estandar (SSSM en iniciales en inglés) que asume que la mayoría de las diferencias conductuales del las personas se explican por la cultura y la socialización, con la biología interpretando, en el mejor de los casos, el papel de segundo violín. El Dr. Zyphur es uno de los insurgentes contra esta idea; lo que otros han hecho a la psicología y a la sociología él quiere hacerlo al Management. Con frecuencia, los consultores hablan de “management científico”. Este doctor y otros como él quieren que la expresión tenga sentido aplicando el rigor de la biología.

El management tiene mucho de comportamiento: pensamiento que se ha de traducir en acción y así está trabajando la escuela de negocios de la National University of Singapore. Song Zhaoli es otro profesor de esa Institución. Una de las formas en las que los genes afectan al comportamiento es por medio de los neurotransmisores, las sustancias químicas que traen y llevan mensajes entre las células.

En muchos casos , los resultados son aún preliminares pero ofrecen la posibilidad de que el management se convierta en una ciencia auténtica y en una ciencia aplicada. Es probable que tengan mejor resultado las decisiones basadas en una imagen más exacta de la naturaleza humana que las que se toman imitando a Alejandro Magno.

Como he dicho al inicio de este artículo, espero poder desarrollar en otros, algunas de las ideas que aquí solamente esbozo.

Carlos Herreros de las Cuevas . Octubre de 2010


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2 Responses to "Management y Ciencia"

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