Bill Clinton y su estudiado carisma. Nelson Mandela y la templanza que destella a través de su misericordiosa sonrisa. El pragmatismo y claridad en la concreción de objetivos de Henry Kissinger. El Premio Nobel de medicina Jonas Salk y su forma de vincular a su equipo de científicos desde la palabra y el ejemplo. Woody Allen y el humor más serio para hacer llegar su mensaje. Keith Richards y su estilo Rolling Stone que todavía sigue vigente. La comunicación no verbal de Guillermo Vilas. La sensatez -además de la santidad- del Dalai Lama. La Princesa Lady Di y su increíble magnetismo con los medios. A todos ellos los une el talento, la trascendencia, éxitos y muchas condiciones más. Y todos ellos también comparten el haber sabido desarrollar una comunicación de alto impacto.
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Como periodista, llevo 30 años de profesión: Buenos Aires Herald, Revista Gente (Editor General de Actualidad) y el haber transitado por canales televisión y radios, me dieron la posibilidad de entrevistar a estos personajes que han dejado su impronta en la actividad que desarrollaron. Cientos de charlas con y sin grabador, que me dieron mucha información del estilo comunicativo de estos hombres y mujeres. De todos ellos tomé los datos de sus lenguajes verbal y sobre todo el no verbal que los hace distintos, diferentes y únicos en la manera de comunicar.
La PNL (Programación Neurolingüísitica) me dio las herramientas para sintetizar los recursos que estos y tantos otros líderes utilizan, sabiéndolo o no, para transmitir su talento.
Por eso hoy, con técnicas de modelado, se puede reproducir y copiar las virtudes o condiciones que deseamos de alguien a quien admiramos para nuestra personalidad. Este método de la PNL, es exactamente el que usó y así me lo comentó el ex presidente norteamericano Bill Clinton en una de las entrevistas que le hice durante su mandato (una en su pueblo natal Little Rock en Arkansas, otra en Washington y la tercera en Bariloche). A propósito de todo lo que Clinton sabía de Argentina le dije que era algo que compartía con otro ex presidente norteamericano, John Kennedy. “Sabe Alejandro, siempre admiré a Kennedy. Siendo casi un adolescente tuve la oportunidad de saludarlo como miembro de una delegación de estudiantes. Me propuse –y a pesar que cuando me saludó me conmoví muchísimo- estudiar hasta el último detalle de su personalidad para poder imitarlo. Y así lo hice. Créame que si uno se lo propone puede tomar lo mejor de quien más admira y adaptarlo a uno”. Lo dice, quien después de ocupar durante dos períodos el Salón Oval, mantiene una extraordinaria popularidad y es estudiado por su estilo de comunicación “The Clinton Factor” (David Gillespie y Mark Warren).
Aun así, estar preparado para enfrentar a las crisis que aparecen cuando uno menos las espera y que sólo un buen media coaching -incorporando las técnicas de media training- pueden neutralizar es imprescindible para los comunicadores de hoy.
Tan es así que justamente uno de los ejemplos de comunicación no verbal negativa la protagonizó el propio Clinton al declarar ante la comisión investigadora del congreso norteamericano por el caso del la pasante Mónica Lewinsky. Mientras Clinton declaraba: “Yo no tuve sexo con… (Lewinsky)” mirando hacia un lado, su dedo índice y su mano izquierda apuntaban para el otro en un claro gesto de incongruencia corporal que le quitó credibilidad a sus palabras.
Clinton, lo mismo que el ex presidente sudafricano, Nelson Mandela y el líder espiritual tibetano y Dalai Lama, coinciden en utilizar los tres canales de comunicación: visual, auditivo y kinestésico: se mantienen enfocados con su mirada directa a los ojos del interlocutor hablando con términos que implican imágenes, sonidos y sensaciones. Y a pesar de pertenecer a tres culturas distintas, occidental, africana y oriental, demostraron gran calidez en los tonos y siempre hicieron contacto físico o dándome una palmada, o utilizando las dos manos para saludar, logrando un anclaje de afecto en mi como en todas las personas con las que tuvieron la oportunidad de desarrollar su “carisma” comunicacional.
A Mandela lo conocí en persona cuando estaba a punto de asumir la presidencia de su país después de haber pasado 17 años preso en cárceles del apartheid. La primera sorpresa fue que su jefe de prensa era un hombre blanco. La segunda: al momento de la entrevista fue él quien se dirigió hacía mi, de la misma manera que lo hizo con toda persona con la que se cruzaba. Tenía la sonrisa de paz –muy tranquilizadora- y de inmediato tocaba a su interlocutor. Como bien lo describe el autor del libro “El Factor Humano” del británico John Carlin, Mandela supo utilizar en aquel entonces el mundial de rugby (1995) como hoy lo hicieron con el mundial de fútbol para comunicar la potencialidad de Sudáfrica. Curiosamente –o no tanto- una de las frases de cabecera de Mandela es “no hay fracasos, sólo resultados” una de las definiciones más claras de la PNL. El perdón y la piedad como forma de superación. Reencuadrar o resignificar también son dos términos muy utilizados por Mandela que coinciden con las técnicas de la PNL.
Estas experiencias en primera persona, de los recursos de estos personajes, sumadas a las herramientas que da la PNL son la base de mis capacitaciones de Comunicación con PNL El Dalai Lama, mirándome a los ojos y tocándome el brazo me dijo en la entrevista: “es bueno escuchar lo que se escucha, mirar lo que se mira y sentir lo que se siente (los tres canales que configura la PNL) la meditación es importante, pero todavía más importante es el sentido común. Eso es lo que quiero comunicar y es importante hacerlo bien”. Otro recurso de la PNL: Las condiciones de la buena forma que todos los personajes que saben comunicar las utilizan: definir lo que se quiere comunicar y que sea beneficioso para quien lo emite y quienes lo reciben. Todos estos personajes saben que la forma tiene tanta importancia como lo que quieren comunicar buscando así el mayor impacto.
El sábado 17 de julio, el consultor Alejandro Sangenis (celular 15 4 407 0996 sangenis@sinectis.com.ar) dictará la capacitación en la consultora de Robin Laight (Estrategias de Prensa y Comunicación), para inscribirse: E. Uriburu 115, Piso 6 Estudio M Capital Federal, teléfonos (54 11) 4953 8717
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