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Los pasados días 14 y 15 tuvo lugar en el Circo Price de Madrid el segundo encuentro de la Red Innova. El encuentro de la forma parte de la estrategía de el Ayuntamiento de Madrid para apoyar emprendedores y la innovación, sobre todo en lo relacionado con las tecnologías de la información. Además del Ayuntamiento de Madrid, colaboran en esta iniciativa Microsoft, Google, Red.es, BBVA, Exalead, Madrid Convention Bureau, HP, Caja Madrid y Adara Venture Partners.

El nivel de los ponentes fue alto, no sucedió lo mismo con las ponencias. Abundó el autobombo publicitario de empresas e instituciones que muy lejos de utilizarlo como foro de debate lo convirtieron en muchos casos en una feria comercial y un muestrario de cara al público de las instituciones que lo organizan. El estilo, acorde con el lugar, recordaba a las presentacines de Steve Ballmer, presidente de Microsoft.

El encuentro fue accidentado: comenzó con retraso por el boicot de integrantes del movimiento Rompamos el Silencio que se encadenaron a las puertas en protesta por la presencia israelí en el evento (Gil Gidrón, presidente de la Cámara de Comercio e Industria España-Israel es uno de los fundadores de la red y moderaba una mesa de debate sobre la experiencia israelí). Además, falló la wifi los dos días (me consta que los organizadores se desesperaron ante la incapacidad de los técnicos de Telefónica de solventar el problema).

Incidencias aparte, hubo, y no solo estéticamente, mucho de circo en el evento. Apesar de muchas opiniones halagadoras que se pueden ver en la red (por ejemplo), tanto entre los escasos asistentes como (comprensible con entradas a unos 300 euros) como en Twitter (#redinnova y #laredinnova2010) se oyeron muchas quejas y críticas (similares a las del encuentro del año pasado, Delia Rodríguez o Javier Duro).

No todo son defectos desde luego, sólo poner bajo el mismo techo tantos actores relevantes produce sinergias, networking y spinoffs, palabras muy del gusto de algunos de los susodichos actores. El formato era de tal forma que las charlas no tenían suficiente tiempo para profundizar en nada y el ritmo al que una charla sucedía la anterior eliminó cualquier debate posible hasta el punto que prácticamente no hubo preguntas de la audiencia. Debió ser desde luego más interesante el “networking” que se producía al margen de las ponencias. Éstas carecieron de calidad y sobre todo de profundidad. En los mejores casos las presentaciones tuvieron una buena puesta en escena, incluso espectacular a veces, con alguna buena frase preparada para twittearla o hacer un bonito titular, pero fueron en todo caso insustanciales.

En líneas generales los temas más tocados fueron el cloud computing y la movilidad como los talismanes de la innovación de cara al futuro; el paso de la publicidad unidireccionalidad e intrusiva a la bidereccionalidad, la alianza con el ususario y las redes sociales como oportunidad para el desarrollo de publicidad y negocios; la relevancia de los contenidos independientemente de pantallas y medios; Internet como revolución y la necesidad de adaptarse a este cambio disruptivo; la necesidad de adaptación de los jugadores tradicionales en todos los sectores y frente a la necesidad de financiación la oportunidad para los emprendedores por la reducción en la barreras de entrada a todos los sectores donde internet ha penetrado.

Hubo también algunos comentarios polémicos en torno al debate abierto vs. cerrado, la neutralidad de internet, el open-governament y la industria musical, pero en ningún caso un debate con un mínimo de profundidad. Tampoco se dijo nada nuevo ni se ahondó en ninguno de los mucho e interesante aspectos que la revolución digital conlleva. Pero sobre las charlas y debates hablará el siguiente artículo.


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