Llevaba un tiempo preparando éste artículo cuando el señor McCoy ha destapado la liebre hace pocos días en Cotizalia.
Hoy les hablamos de una tendencia nueva en medios de pago y cobro, que puede generar pingües beneficios para las telecos en detrimento de las empresas de tarjetas de crédito como VISA, Mastercard o American Express, o de la banca comercial. Hablamos de los micropagos telefónicos o el m-banking.
Para ponerles en situación sobre los datos de la industria de los pagos de plástico (tarjeta), según Daniel Roth en la revista Wired, las operaciones anuales ascienden a 2 billones de operaciones con tarjetas de crédito y 1,3 billones con las tarjetas de débito. Muchas de estas transacciones pueden empezar a realizarse con un simple teléfono móvil en el futuro cercano. ¿Y el dinero efectivo como billete y moneda?, ¿puede ser que también esté abocado a desaparecer?.
Otra noticia importante para completar el puzzle es la convergencia hacia un estándar promovido por la compañia de pagos electrónicos PayPal. Esta empresa ha abierto una parte de su código a programadores externos como Google, Apple, Nokia, la RIM de Blackberry, Facebook o Twitter, hasta completar un total de 15.000 aplicaciones vinculadas y respaldadas legalmente por PayPal. Dichas transacciones suponen ya un 20% de los pagos online. ¿Y qué pensará la banca de todo ésto?. Pues seguro que no le gustará perder miles de millones en concepto de comisiones…
Micropagos y medios de pago electrónicos
Primero definamos adecuadamente los conceptos de micropago y medio de pago o sistema de pago electrónico.
“Como micropago o micropayment (en inglés) se entienden sistemas diversos para realizar pagos de pequeños montos (hasta diez dólares, aproximadamente) de forma electrónica, por ejemplo, a través de una tarjeta prepago, a través de una cuenta virtual en Internet o a través del sistema telefónico.”
Fuente: Wikipedia
“Un sistema de pago electrónico realiza la transferencia del dinero entre comprador y vendedor en una compra-venta electrónica. Es, por ello, una pieza fundamental en el proceso de compra-venta dentro del comercio electrónico.
Como ejemplos de sistemas de pago electrónico nos encontramos las pasarelas de pago o TPV-virtual para el pago con tarjeta, los sistemas de monedero electrónico y los sistemas que se conectan directamente con la banca eletronica del usuario.
El comercio electrónico por Internet se ofrece como un nuevo canal de distribución sencillo, económico y con alcance mundial las 24 horas del día todos los días del año, y esto sin los gastos y limitaciones de una tienda clásica: personal, local, horario, infraestructura, etc.”
Fuente: Wikipedia
¿Reconocen la diferencia?. Es muy sencillo, la diferencia reside básicamente en el importe, los micropagos (en éste caso los telefónicos) sólo se emplean en pequeñas transacciones. Ahí está el principal escollo. Los micropagos se han venido utilizando desde hace años para pequeñas transacciones, pasando desapercibidos: usted hace un micropago cuando envía un mensaje para recibir una aplicación, una foto o un tono en su teléfono, cuando compra un periódico en PDF en Internet, cuando compra un eBook en Amazon o cuando baja una canción del iTunes. Normalmente los micropagos se realizan mediante un móvil o una tarjeta de crédito/débito.
Si los micropagos llevan instalados durante tantos años, ¿por qué no se han impuesto y han crecido tan lentamente?. Pues por varios motivos; algunos expertos alegan falta de penetración como estándar, las elevadas comisiones en los pagos (de momento) y la necesidad de efectuar recargas antes de pagar. La claves del éxito para los micropagos telefónicos pasan por abaratar sus comisiones, aumentar su popularidad entre compradores y vendedores, y principalmente por ampliar el rango de pagos a importes superiores. También será importante demostrar que se trata de medios totalmente seguros.
Las ventajas de los micropagos son evidentes, ya que pueden efectuarse a cualquier hora y desde cualquier lugar. Posiblemente para lectores europeos o norteamericanos parezca un avance innecesario, pero para lectores latinoamericanos o asiáticos, las posibilidades son enormes.
Micropagos en Latinoamérica
El año pasado estuve trabajando en Guatemala City, y me llamó mucho la atención del funcionamiento del sistema bancario y de los sistemas de pago y cobro. Ambos sistemas se encontraban en un nivel mucho más básico que en los países más desarrollados; aunque estaba extendido el pago con tarjeta en zonas urbanas, también había un volumen comparativamente mayor de transacciones en cheques y en dinero en efectivo, y la domiciliación de recibos era una práctica casi inexistente. Normalmente teníamos que ir a pagar la luz, el teléfono y la televisión a las respectivas sucursales bancarias o a las propias compañías suministradoras, una práctica muy poco usada ya en España.
Por supuesto hablo de la capital de Guatemala, pero si nos fuéramos a zonas rurales la penetración bancaria y de las tarjetas de crédito sería mínima, si no existente. Y lo mismo ocurre en muchos de los países de la zona que he visitado. Esto no significa que el sistema bancario en Latinoamérica sea peor que el europeo o el norteamericano, sino que más bien al contrario; su sistema goza de una salud envidiable debido a su simplicidad, y por ello se ha mantenido apartado de la crisis bancaria internacional.
Es difícil encontrar una sucursal en la selva de Guatemala, pero en lo que se refiere a telefonía móvil, incluso en las capas más bajas de la población, la penetración y el ritmo de crecimiento es altísimo. De hecho es más factible encontrar puntos de venta de tarjetas y recargas telefónicas antes que cajeros en muchas zonas de la región.
En éste caso, se está dando un fenómeno muy curioso, y es que los sistemas de pagos telefónicos están desempeñando un papel que la banca tradicional no está siendo capaz de cumplir. Se está dando un salto generacional de los medios de pago bancarios directamente hacia los medios de pago telefónicos, sin pasar por el dinero de plástico, y así unos países teóricamente menos desarrollados en su economía pueden ser pioneros en los sistemas de pago telefónico.
Micropagos en Asia
Eso es algo que ya han descubierto compañías como Telefónica, dirigida por César Alierta, o el gigante Telmex que controla el hombre más rico del mundo, Carlos Slim. Y también lo ha descubierto China Mobile, que recientemente ha comprado el 20% del Shanghai Pudong Development Bank por 5,8 millones de dólares. Ambas compañías van a desarrollar una alianza estratégica para desarrollar servicios de pago electrónico de manera conjunta. China Mobile representa una plataforma inalámbrica de servicios bancarios para nada más y nada menos que 527 millones de clientes. Surgen muchas preguntas sobre cómo se podrían efectuar pagos por importes más elevados y cuales serían los mecanismos de cobro.
Telefónica: m-banking, m-wallet y m-payments
La Fundación Telefónica, en un informe conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo, analiza el fenómeno y lo bautiza como banca móvil, m-banking o mobile banking. De hecho apuestan por el desarrollo de los sistemas financieros como una de las claves para mejorar el desarrollo y reducir la desigualdad en la región. También habla del uso del móvil como m-wallet, monedero electrónico o dinero electrónico de bolsillo para realizar m-payments o pagos electrónicos.
Hace unos días solicité (sin respuesta) permiso a la Fundación para utilizar algunos de sus gráficos que quería icluir y comentar en éste artículo. Les dejo con el informe y si trabajan en el sector o desean profundizar en la materia, además encontrarán abudante material estadístico.
La telefonía móvil y el desarrollo financiero en América Latina.
.
Pingback: Bitacoras.com
Pingback: La nueva mina de oro de las telecos: micropagos telefónicos y m-banking
Pingback: 12 tendencias tecnológicas para 2012 | Managers Magazine