Llevamos unas semanas en las que a los españoles nos sacan los colores cada vez que salimos del país. Estamos en todos los medios de comunicación internacionales y raramente se nos menciona para algo bueno. La presidencia de la Unión Europea, la crisis galopante de Grecia y el Foro de Davos han puesto todos los focos en la situación económica de España, que hasta hace poco era la octava potencia mundial.
Lo ha dicho el gurú de las finanzas Nouriel Roubini, que afimó que “España es un gran riesgo” y lo ha ratificado el premio Nobel de economía Paul Krugman, quien ha señalado que “España es la mayor amenaza para la zona Euro”. Lo dice la prensa internacional como el Financial Times “En España se está gestando un drama potencialmente más grande que el de Grecia” o The Economist “los editoriales de toda la UE se toman a risa la idea de que Zapatero vaya a asesorar a Europa sobre la recuperación económica”. Lo dicen instituciones como el Fondo Monetario Internacional “España, Portugal y Grecia tendrán que bajar los salarios”. Lo asumen las agencias de riesgo crediticio como Moody’s y Standard & Poors, que han bajado el rating de la deuda española, y lo indican nuestros Credit Default Swaps (CDS), que demuestran que cada vez nos sale más caro endeudarnos. Incluso lo dicen conocidos socialistas como Joaquín Almunia, comisario europeo de economía “España puede tener una crisis como la griega”, o Miguel Ángel Fernández Ordóñez gobernador del Banco de España “la mejor protección al desempleo no es la que se preocupa del subsidio al parado sino la que consigue que la mayoria no pierda el trabajo”.
Recientemente lo ha dicho el conocido empresario del textil español Adolfo Domínguez. En una ponencia en el Forum Tribuna Europa Galicia, el orensano se ha despachado a gusto con el mercado laboral español y ha tocado un tema hasta ahora tabu, el despido libre. Además propone asimilar el modelo al mercado laboral anglosajón, que al igual que el danés propone un despido flexible con una indemnizacion mínima o inexistente para el trabajador. Cierto es que Estados Unidos sufre un paro del 10% de la población activa, mientras que el paro en España supera el 20%.
Adolfo Domínguez, pedía más apoyo para los empresarios: “Todas las medidas que se tomen para hacer más fácil el trabajo del emprendedor se reflejarán en una menor tasa de paro” y también pidió sustituir “el elogio de la pereza” por “los valores del esfuerzo” y “el trabajo bien hecho”. El empresario sentenció:“No creo en derechos que no podamos pagar, no creo en un sistema que permite que alguien se coja un año por depresión, la mayoría de las veces fraudulenta, se reincorpore y tenga 30 días de vacaciones”. Luego cargó contra Díaz Ferrán, presidente de la Patronal: “Yo no vendería mi condición de primogénito por un plato de lentejas”. Y añadió:“Prefiero no tener acuerdo (laboral) que tener un mal acuerdo o mediocre, es momento de flexibilizar de una vez”.
Otros más moderados como MAFO (acrónimo por el que es conocido popularmente el gobernador del Banco de España) defienden que las reformas en el mercado laboral de Francia y Alemania han ayudado a reflotar sus economías y a reducir las tasas de desempleo. También propuso como alternativa el modelo danés (desempleo del 3,3%), que suprime la indemnización por despido, o el modelo austríaco (4%), en el que se crea un fondo individual para cada trabajador, y se le empieza a reembolsar su aportación en el momento en el que sufra baja o quede en paro. Fernández Ordóñez fue el primero en avisar de que el balance no cuadraba, y que el sistema de bienestar tal y como lo conocía España (Protección al desempleo + Sanidad + Pensiones) podía llegar a su fin.
Posiblemente debido a la presión que le llega al gobierno desde tantos frentes, en las últimas semanas, ha hecho un cambio de sentido en su política sobre las pensiones, ampliando la edad de jubilación hasta los 67 años y suprimiendo algunas pensiones. De la misma manera, ha presentado las líneas maestras de una reforma laboral en un documento de 13 folios que incluyen los 7 puntos que componen su hoja de ruta:
1. Acabar con la temporalidad.
2. Incentivar la contratación indefinida sobre la temporal. Por lo que deja entrever el texto, el abaratamiento del despido queda fuera del debate.
3. Fomentar la movilidad y la formación.
4. Diferenciar en mayor medida el despido procedente o improcedente, facilitando el primero.
5. Propone dos fórmulas de contratación:la primera favorece un horario fijo y estable que permita la conciliación familiar. La segunda flexibilizaría la jornada para empresas de carácter más cíclico.
6. Propone un plan específico para paliar el desempleo juvenil.
7. Se plantea articular el diálogo social de una manera más efectiva, mejorando las actuales relaciones entre sindicatos y patronal. Propone el modelo alemán para combatir el paro (fomentar la reducción de la jornada por parte de todos los trabajadores en vez de el despido masivo).
Confieso que no he entendido nada del documento, ya que plantea ideas muy voluntaristas pero no define en qué consistirán ni cómo se llevarán a cabo. ¿Una verdadera declaración de intenciones o un brindis al sol?.
El debate en España está sobre la mesa y suena de manera más insistente que nunca: ¿Es necesaria la reforma del mercado laboral?. Y si la respuesta fuera afirmativa, ¿sería positivo abaratar el despido?. ¿Es sostenible nuestro sistema de pensiones?. ¿Y la sanidad pública?. ¿Es posible un gran pacto de estado que solucione definitivamente los problemas estructurales de la economía española?. ¿Crees que nuestros políticos tendrían la grandeza política y serían capaces de asumir el coste político de una reforma de tal envergadura, como se ha hecho en Alemania?. ¿Crees que el dialogo social gobierno-patronal-sindicatos funciona adecuadamente en España?. ¿Es cierto que hay trabajadores abusan del sistema cobertura social o se trata principalmente de una excusa de los empresarios para despedir sin dar explicaciones?. ¿Existen varias velocidades en el mercado laboral español; becarios, temporales, indefinidos y funcionarios?. Ustedes, ¿qué opinan?.
Opinante es el pseudónimo con el que escriben diversos colaboradores en Managers Magazine sobre asuntos de tipo político y social.
Imagen del artículo: elaboración propia a partir de fotografía de www.tecnicaindustrial.es
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