De todos es conocido que la historia la escriben los vencedores, si bien en ésta ocasión, la escribieron los vencidos. Así lo demuestra la historia de Blas de Lezo y Olavarrieta, el almirante español que repelió el segundo mayor ataque anfibio de historia, sólo superado por el desembarco de Normandía, con unos pocos hombres y buques. Tal vez se deba en parte a que los españoles solemos despreciar nuestros logros y tratar con gran reverencia los que provienen del extranjero (especialmente los anglosajones).
Fue el 13 de Marzo de 1741 cuando con menos de 3.000 hombres, 990 piezas de artillería y 6 navíos, Blas de Lezo derrotó a 23.600 efectivos ingleses, 2.000 cañones y 186 buques. Tan seguros estaban los británicos de su victoria que pusieron monedas en circulación que decían en su anverso: «Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741» y «El orgullo español, humillado por Vernon». Tras la sonada derrota, el rey británico Jorge II prohibió a los historiadores referirse en alguna forma a la gesta española.
Hoy recordamos en Managers Magazine a uno de los mayores estrategas militares de todos los tiempos, a quien la historia ha relegado injustamente al olvido. Una de las grandes batallas de la historia y un ejemplo de estrategia naval.
Blas de Lezo y Olavarrieta.
Blas de Lezo nació en 1689 en la localidad gipuzcoana de Pasajes, dentro del seno de una familia de ilustres marinos. Con sólo 12 años, De Lezo se enrola como guardamarina a las órdenes del Conde de Toulousse.
Al poco tiempo estalla la Guerra de Sucesión que enfrenta al Archiduque Carlos de Austria y a Felipe de Anjou. Frente a las costas de Vélez-Málaga, Blas de Lezo resultó herido, siéndole amputada la pierna izquierda con sólo 15 años y sin anestesia. Se cuenta que el jóven Blas no profirió lamento alguno, y ése mismo año fue ascendido a Alférez.
Tras varias proezas en las que apresaron distintos barcos británicos en el mediterráneo, en 1706 se le encarga aprovisionar a los sitiados de Barcelona. Se le asigna una pequeña flota para burlar a los barcos británicos que asedian la ciudad. De Lezo se ayuda de paja ardiendo y carga sus cañones con material incendiario para ocultar a los navíos españoles que pudieron romper el cerco y abastecer la ciudad.
En 1710, al mando de una fragata apresa 11 navíos británicos, entre ellos el Stanhope, que lo triplica en fuerzas. Los buques españoles solían maniobrar hasta quedar a una distancia suficiente para abordar al enemigo con garfios, tras lo cual entablaban batalla cuerpo a cuerpo. De éste modo eran capaces de apresar navíos de mayor potencia de fuego.
Defendiendo la fortaleza de Santa Catalina de Tolón es de nuevo herido, perdiendo la visión del ojo izquierdo. En 1713 fue ascendido a capitán de navío, y en 1714 quedó inválido del brazo derecho, heridas todas ellas que le valieron a los 25 años los sobrenombres de patapalo o mediohombre. Sólo un año más tarde, da un ejemplo de superación de las limitaciones físicas y rescata Mallorca sin un sólo disparo.
Tras 10 años en que fue enviado a limpiar de piratas los Mares del Sur (Perú), en 1930 regresa a España y se le encomienda recuperar dos millones de pesos que adeudaba a la Corona Española la República de Génova. De Lezo se persona en la ciudad con seis navíos, y enseñando un reloj fija un plazo para devolver el dinero bajo amenaza de cañonear la ciudad. El pago es realizado antes de que transcurra el plazo dado por el héroe español y los genoveses rinden tributo a la bandera española.
En 1732 consigue rendir la ciudad de Orán liderando una expedición de 54 buques y 30.000 hombres. Al poco de marcharse de Orán, el pirata Bay Hassan logró reunir tropas y sitiarla. De Lezo la volvió a tomar con 6 navíos y 5.000 hombres a reconquistarla, y persiguió a la nave capitana que se refugió en la Bahía de Mostagán, defendida por dos castillos y 4.000 hombres. Ésto no detuvo a Lezo, que causó graves daños a los castillos e impidió durante algún tiempo la llegada de refuerzos. En 1734 el Rey ascendió a Teniente General de la Armada Española.
En 1739 estalla la Guerra de la Oreja de Jenkins. Los británicos habían declarado la guerra a España cuando el pirata inglés Robert Jenkins fue apresado por el capitan español Julio León Fandiño. Fandiño cortó la oreja al pirata y le espetó así: «Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve.». Fue la excusa perfecta para que los ingleses intentaran conquistar las Américas.
Dos años más tarde, en 1941, los británicos encabezados por el Almirante Eduard Vernon se dirigieron a Cartagena de Indias, el principal puerto español en las Américas, tras tomar Portobello en Panamá. A los desafíos de Vernon, De Lezo respondió en una carta «Si hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera su Merced insultado impunemente las plazas del Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de Portobelo me hubiera sobrado para contener su cobardía.».
Como se ha contado al inicio, la flota inglesa era la mayor armada vista hasta la fecha, y el resto de la historia ya la conocen. Vernon fue enterrado años después en la Abadía de Westminster, mientras que Blas de Lezo murió sin honores y fue desterrado del lugar que le correspondía en la historia. En Cartagena aun se le recuerda como al gran héroe que fue. Les dejo con otra recreación de la batalla muy interesante, sean buenos y tengan feliz semana.
PD: De todos mis viajes por Latinoamérica en 2009, el que más disfruté fue Colombia. Borren de su cabeza cualquier prejuicio sobre el país, puedo afirmar tras visitarlo, que se trata de uno de los países más seguros de Iberoamérica. Vayan a Colombia, se enamorarán de sus gentes, de su clima y de sus paisajes; Bogotá soprendente, Medellín bellísima y Cartagena de Indias inolvidable. Y si pasan por allí no olviden visitar la estatua del Héroe de Cartagena, Blas de Lezo.
Tribuna Libre de Managers Magazine.
7 Responses to "Blas de Lezo: el mayor héroe español de todos los tiempos"