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el-libro-de-los-5-anillos-de-miyamoto-musashiEl Libro de los Cinco Anillos es un tratado de esgrima escrito por el más famoso de los samurais japoneses, Miyamoto Musashi. Cerca del ocaso de su vida, decidió recopilar su experiencia y filosofía en uno de los manuales más completos que existen sobre esgrima y estrategia.

El Libro de Los Cinco Anillos tiene varios niveles de lectura, y no sólo está orientado a los estudiantes de esgrima. Hoy en día es la referencia para los hombres de negocio de Japón, especialmente en lo que se refiere a estrategia empresarial, negociación y marketing.

Miyamoto Musashi llegó a tener más de 60 combates entre los 17 y 30 años,  en los que nunca fue derrotado. A los 30 años, habiendo vencido a Sasaki Kojiro, uno de los mayores samuráis de la época, Musashi pasó por un período de profunda reflexión. Años más tarde, explicaba que sentía que venció estos duelos no por haber dominado la estrategia, sino que por ser más fuerte, estar más preparado o simplemente por suerte. Musashi empezó a buscar el significado más profundo del Camino de la Espada, que lo llevó a entrar en contacto con distintas formas de arte como escultura, pintura, caligrafía y también meditación Zen, destacando en todas ellas.

Imagen modificada a partir de fotograma de la película “Zatoichi meets Yojimbo”

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El Libro de los 5 Anillos

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Introducción

El Libro de los Cinco Anillos comienza con una breve presentación del autor, en la que expone su experiencia como guerrero y su dedicación por adquirir los principios del Camino de la estrategia del Niten Ichi Ryu. En ésta escuela se basa el libro, que se divide en cinco volúmenes:

El Manuscrito de la Tierra

Este apartado trata sobre la importancia de la estrategia militar, o como él lo llama el Camino de la Estrategia. En este manuscrito establece cuál es el espíritu y los requisitos morales para aprender este Camino. Se explica también la importancia de manejar adecuadamente los tiempos y ritmos. Esto implica hacer las cosas en el tiempo oportuno para triunfar, ni antes ni después.

Musashi también trata sobre la planificación de la organización y liderazgo usando comparaciones metafóricas. Mediante la comparación del arquitecto, establece cómo debe ser ejecutada una estrategia; primero un arquitecto planifica poniendo el proyecto en su medida correcta y en base a el plan realiza el trabajo. Luego, aquel que dirige correctamente la construcción selecciona la madera buena y fuerte para las columnas o pilares y la madera menos fuerte para umbrales y puertas. Las maderas nudosas o de peor calidad sirven para ayudar a la construcción como hacer andamios, y luego para hacerlos leña. Con esta descripción, Musashi enseña que en toda empresa o proyecto se deben adecuar los recursos a las necesidades de la mejor manera para alcanzar el éxito. Continuando con su anterior reflexión, si se usa madera nudosa para construir columnas, éstas tarde o temprano fallarán y caerán, y toda la construcción se irá abajo.

El jefe de construcción designa sus hombres adecuadamente: los especialistas para fabricar las distintas capas de pisos, especialistas para construir puertas, umbrales, dinteles, techos, etc. La gente menos preparada es usada para ensamblar, fabricar cuñas y trabajos diversos. Con esta comparación Musashi enseña que el líder debe seleccionar apropiadamente el personal que reúna el perfil adecuado para lograr la realización de sus proyectos. El líder debe conocer las habilidades de cada uno de sus subordinados y por lo tanto saber delegar. Aquel dirigente que no conozca las características de su personal, tendrá una alta probabilidad de fracaso. Un líder debe saber discernir quién de su personal puede ayudar o desempeñarse mejor en una determinada labor. En éste libro, Musashi sigue haciendo otras comparaciones de la figura del estratega con un arquitecto muy interesantes.

El maestro Musashi establece los principios para seguir el Camino de la Espada:

– Piensa honestamente.
– Entrena constante y mentalmente.
– Ponte al tanto de varias artes marciales.
– Conoce los Caminos de otras profesiones.
– Distingue las ventajas y desventajas de cualquier asunto.
– Aprende a ver las cosas con un enfoque preciso.
– Percibe y comprende aquellas cosas que a simple vista no se pueden ver.
– Presta atención aún en los pequeños detalles.
– Haz cosas útiles.

Musashi añade: Pon estos principios en tu corazón para entrenarte en el Camino de la estrategia. Si no miras las cosas desde una amplia perspectiva será difícil que llegues a ser un experto en la estrategia. Más adelante afirma que el que domina este Camino es capaz de doblegar a más de veinte enemigos, el líder que aplica el Camino de la estrategia es capaz de dirigir competentemente a sus subordinados. Finalmente, culmina las lecciones de este manuscrito con esta frase: Saber cómo se gana, ayuda a uno mismo y al prestigio, esto es el Camino de la estrategia.

El Manuscrito del Agua

El nombre de éste manuscrito viene dado porque Musashi asocia al estratega una flexibilidad natural adaptándose a las circunstancias, con una fluidez similar a la del agua, que se adapta a la forma del recipiente que la contiene. Dice Musashi: Siguiendo al agua como modelo, el espíritu debe ser como el agua. Después, da consejos importantes sobre el estado de ánimo ideal, en las cuales recomienda estar en equilibrio. El ánimo no debe estar sobresaltado, pero tampoco apagado. No debemos sentirnos mucho pero tampoco sentirnos menos. Musashi dice que los sentimientos no deben dominar al cuerpo, ni el cuerpo dominar a los sentimientos, debe haber un equilibrio. Lo que sí debe dominar a todos es la inteligencia. La sabiduría prevalece en el campo de batalla.

Después de estos útiles consejos aplicables no sólo en las artes marciales sino también en la vida diaria, Musashi comienza su enseñanza sobre técnicas de combate, y explica que el aprendizaje de dichas técnicas requiere un proceso de reflexión para extrapolar sus enseñanzas a cualquier otro ámbito de la vida.

Una técnica consiste en Ver las cosas desde una perspectiva amplia diferente a lo normal. Las cosas cercanas se deben ver como si estuvieran lejos y las cosas lejanas como si estuvieran cerca. Esto significa que hay que buscar siempre el enfoque adecuado para comprender las cosas. Se debe ver sin girar los ojos, es decir, desarrollar la visión periférica (holística). Mirar atentamente y sin distracciones.

Musashi habla de otras técnicas llamadas Las cinco posturas, las cuales son cinco posturas básicas de ponerse en guardia. Pero Musashi aclara que estas posturas no son para defender sino que son para atacar. Independientemente de la postura que uno adopte, lo primordial la intención de cortar al enemigo.

Otra de las técnicas analizada en éste capítulo es la Postura sin postura o lo que es lo mismo, ponerse en guardia sin ponerse en guardia. En el combate no se debe estar siempre con una postura fija, sino que se debe cambiar constantemente la puesta en guardia de acuerdo a las circunstancias, del mismo modo como el agua cambia su forma de acuerdo a la forma del cauce por donde fluye ésta.

El Manuscrito del Fuego

En este manuscrito se describen técnicas que tienen que ver con diversas situaciones relacionadas con el contexto, tales como el ambiente donde se está peleando, el estado psicológico del oponente, qué actitudes adoptar de acuerdo a determinada situación, cómo aplicar estrategias para engañar y sorprender al rival, y otras técnicas psicológicas.

En este manuscrito destacan los tres métodos para anticiparse al enemigo en el ataque: un método se llama Ken No Sen, en el cual nosotros tomamos la iniciativa. Otro se llama Tai No Sen, el cual trata de cómo estar preparado cuando el enemigo toma la iniciativa. Y el tercer método Tai Tai No Sen trata de cuando ambos espadachines comienzan al mismo tiempo el ataque.

En ésta parte Musashi también compara cualquier circunstancia que pueda surgir en el camino con una travesía por mar. La pericia en la navegación es crucial, así como conocer la ruta, el manejo de la vela para aprovechar los vientos favorables y las circunstancias del entorno como el clima o la dirección del viento. El mismo ejemplo es válido en la vida y en la contienda contra un enemigo. Así como uno se abre paso por el mar, así se debe abrir paso entre las filas del enemigo, se debe conocer la ruta y las circunstancias para vencer. Musashi dice al respecto: En la estrategia, también es importante surcar la travesía en medio de la lucha. O lo que es lo mismo, mantenerse enfocado los objetivos sin dejar que la lucha te distraiga de los mismos.

Otra técnica interesante es la llamada Hacerse el enemigo. Ésta se refiere a que hay que ponerse en los zapatos del enemigo, es decir, ver las cosas desde su punto de vista. Musashi lo explica de esta manera: Generalmente la sociedad se convence de que un ladrón dentro de una casa es un enemigo fortificado, si se ve desde afuera. Pero si imagináramos ser ese ladrón, entonces sentimos que todos los que están afuera son nuestros enemigos y las salidas están copadas, es una sensación desesperada. El que está encerrado se siente como un faisán y el que intenta entrar para atraparlo le parece que es un halcón. Después Musashi advierte: Si te convences de que el enemigo es fuerte, entonces te vuelves cauteloso, esto significa que te preocupas más en defender que en atacar, y esto va en contra de los principios de Musashi, ya que se debe priorizar el ataque antes que pensar en defenderse, tal como lo recomendó en el manuscrito del agua.

El maestro dice que si estás preparado, si entiendes el espíritu de la estrategia, entonces no tienes porqué preocuparte. No hay que obsesionarse con las cualidades del oponente, ya que si se piensa en eso, seguramente se va a perder. Más bien, se debe pensar qué es lo que piensa él de nosotros, pensar que él también se preocupa de nosotros, ponernos en su lugar. En otras palabras, no nos fijemos en lo qué el enemigo es capaz de hacernos sino que nos fijemos en lo que podemos hacerle a él. No debemos pensar que el enemigo es bueno, sino que debemos procurar que el enemigo piense que nosotros somos muy buenos. Si combatimos pensando que el enemigo cree que somos muy hábiles, estaremos peleando con ventaja. El mismo Musashi afirma que si hacemos que el enemigo piense que nosotros somos maestros expertos, entonces probablemente él será derrotado. Mientras estamos peleando debemos pensar que él se preocupa de lo que somos capaces de hacerle. Con esta mentalidad se ganan las batallas.

Otra técnica notable de Musashi es la que se llama El cambio de la montaña y el mar. Implica que no es recomendable usar la misma técnica varias veces contra el adversario. Se permite hasta dos veces, pero no más que eso. Si se utiliza una técnica que ha fallado dos veces, entonces no tiene caso repetir una tercera, se debe cambiar de método. Musashi dice: Si el enemigo piensa en la montaña, imponle el mar; y si él piensa en el mar, imponle la montaña. Éste es el Camino de la estrategia. Esto es propio para que lo investigues cuidadosamente. Una vez más el maestro japonés invita a la reflexión para que se aplique en la vida diaria.

El Manuscrito del Viento

Musashi dice que si se percibe el estado de ánimo y las intenciones del adversario, es lo que ayuda a ganar en vez de mirar el tamaño de sus armas. Musashi valora más el percibir que el mirar. El maestro critica a esas escuelas que le dan excesiva importancia a las posturas en guardia, según él, las posturas tienen el espíritu defensivo en vez del espíritu combativo del camino de la estrategia. A Musashi no le gusta el carácter estático y defensivo de las posturas aunque las posturas como exhibición estarían bien, pero en un combate no tienen utilidad práctica a menos que se aplique la técnica Postura sin postura explicada en el manuscrito del Agua. Entonces las posturas sí adquieren un carácter dinámico, que es lo que le agrada a Musashi.

Musashi critica los protocolos de esas escuelas que le dan más importancia a las tradiciones que al verdadero crecimiento en las habilidades del discípulo. Musashi advierte que para comprender lo que él enseña, es necesario conocer de antemano los errores de las técnicas enseñadas en otras escuelas.

El Manuscrito del Vacío

Aquí Musashi da sus últimas recomendaciones y aconseja no apartarse del camino verdadero, manteniendo un espíritu abierto, despejado, claro y sin confusiones. Musashi así describe el combate con el Vacío: Se razona (lo aprendido) y uno se separa de esa razón libremente. El Camino de la estrategia consiste en combatir con libertad y de forma natural. Con esta frase, Musashi conceptúa el vacío en la mente, es decir, que debemos combatir sin detenernos a pensar en sus enseñanzas, más bien debemos combatir con naturalidad casi instintivamente, interiorizando sus enseñanzas, pero sin pensar en ellas en el momento de combatir.

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Conceptos Fundamentales

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Desintegración

La desintegración le llega a todas las cosas. Cuando una casa, una persona, o un adversario se derrumba, se desmorona saliendo del ritmo del tiempo. En el arte de la guerra en sentido amplio, también es esencial encontrar el ritmo de los adversarios a medida que lo pierden, y perseguirlos para que no se abra ninguna brecha. Si dejas pasar los momentos vulnerables, existe la posibilidad de un contraataque. En el arte individual de la guerra, también sucede que un adversario pierda el ritmo en el combate y empiece a derrumbarse. Si no aprovechar esta oportunidad, el adversario se recobrará y empezará a presentarte dificultades. Es esencial seguir con atención cualquier pérdida de posición por parte de tu contrincante, para impedirle que se recupere.

Mover las sombras

Mover las sombras es algo que puedes hacer cuando no eres capaz de distinguir lo que tus adversarios están pensando. Cuando no puedes ver el estado de tus contrincantes, aparenta un poderoso ataque para ver qué hará el enemigo.

Parar las sombras

Parar las sombras es lo que haces cuando puede percibirse las intenciones agresivas del adversario hacia tí. En el arte la guerra en sentido amplio, esto quiere decir detener la acción del enemigo en el mismo punto de su arranque. Si muestras a los contrincantes contundentemente cómo controlas la ventaja, cambiarán sus intenciones paralizados por esta fuerza. Cambia tu también su actitud hacia una mente vacía, y desde ella toma la iniciativa; es desde aquí desde donde puedes ganar. Asimismo, en el arte individual de la guerra, te aprovechas de un ritmo ventajoso para atajar la fuerte determinación de la motivación del contrario; después encuentra la ventaja para ganar en el momento de la pausa y toma la iniciativa. Esto requiere mucha práctica.

Contagio

En todas partes hay contagio. Incluso el sueño y el bostezo pueden ser contagiosos. También existe el contagio del ritmo temporal. En el arte de la guerra en sentido amplio, cuando los adversarios están agitados y con toda evidencia tienen prisa por actuar, compórtate como si fueras totalmente indiferente, aparentando estar muy relajado y confortable. Si lo haces, los contrarios, influenciados por este estado de ánimo, perderán su entusiasmo inicial. Cuando creas que los contrincantes han captado estado de ánimo, vacía tu mente y actúa rápida y firmemente, para ganar la ventaja conquistada. También en el arte individual de la guerra, es esencial está relajado en cuerpo y mente, darse cuenta del momento en el que el contrincante se descuida, y tomar con celeridad la iniciativa para ganar.

Distraer la atención seduciendo.

También existe algo llamado distraer seduciendo que es parecido al contagio. Un estado de ánimo que distraer la atención es el aburrimiento. Otro es la agitación. Otro la pusilanimidad. Dominar cualquiera de ellos requiere práctica.

Desconcierto

El desconcierto sucede de muchas maneras. A veces ocurre con el sentimiento de estar sometido a una gran presión. Otras, porque la presión es desmesurada. Un tercer caso ocurre con el sentimiento de sorpresa ante lo inesperado. En el arte de la guerra a gran escala, es fundamental causar desconcierto. Es esencial atacar resueltamente cuando los enemigos no se lo esperan; después, cuando sus mentes tan agitadas, utiliza este hecho en tu favor para tomar la iniciativa y ganar. En el combate individual, muéstrate primero relajado, y después entra de repente a la carga con fuerza; cuando la mente del contrincante cambie de táctica, es esencial que sigas atentamente lo que hace, no dándole respiro un solo momento, percibiendo la ventaja del momento y juzgando exactamente entonces como ganar.

Susto

Existe el susto en toda clase de situaciones. Surge así la mente asustada por lo inesperado. Si puedes captar el momento del susto, puedes aprovecharte de este para vencer.

Adherirse estrechamente

Adherirse estrechamente significa pegarse a un contrincante, cuando estás luchando a poca distancia y observas que no te está yendo bien. El punto esencial es aprovecharse de las oportunidades de ganar incluso cuando estás luchando codo a codo.

Atacar los flancos

Atacar los flancos significa que cuando empujas algo con fuerza, difícilmente cede por las buenas. En el arte de las grandes batallas, observa a las tropas enemigas; cuando ha avanzado una oleada, ataca el flanco de este potente frente y obtendrás la superioridad. Cuando se derrumba el flanco, todo el mundo tiene la impresión de desmoronamiento. Pero incluso cuando se están desmoronando los flancos, es esencial darse cuenta de cuando cada uno de ellos está presto a derrumbarse, y sentir cómo vencerlos. También en el arte individual de la guerra, cuando infringes una herida a una parte del cuerpo, cada vez que el adversario hace un movimiento agresivo, su cuerpo se debilita poco a poco hasta que está listo para derrumbarse, y entonces es fácil vencerle. Es fundamental estudiar cuidadosamente todo esto para discernir el momento en que puedes ganar.

Confundir

Confundir a los contrincantes significa actuar de tal manera que les impida mantener la mente en calma. En el arte de las grandes pantallas, significa valorar las mentes de los adversarios en el campo de batalla, y servirte del poder de tu conocimiento del arte de la guerra para manipular su atención, confundiendo sus pensamientos acerca de lo que vas a hacer; esto quiere decir encontrar un ritmo que aturda a los enemigos, discerniendo con precisión cuál es el momento de ganarles. También en el arte individual de la guerra, intenta varias maniobras según la oportunidad del momento, haciendo pensar al contrincante que ahora vas a hacer esto, después lo otro, y a continuación algo distinto, hasta que veas que empieza a estar desconcertado, y así ganar a voluntad. Esta es la esencia de la batalla.

Aplastar

Aplastar exige un estado de ánimo de aniquilamiento, como cuando ves débil a un adversario y te creces entonces para vencerle. En el arte de las grandes batallas, estos significa despreciar a los enemigos cuando su número es pequeño; o incluso si son muchos, concentrar tu fuerza en aplastarlos, si estando desmoralizados y debilitados, poniéndolos en situación de inferioridad. Si tú aplastamiento es débil, puede volverse contra ti. Tienes que sabe distinguir cuidadosamente cuando estás en pleno control de ti mismo en el momento de atacar para aplastar. También en el arte individual de la guerra, cuando tú contrincante no está tan entrenado como tú, o cuando su ritmo disminuye, o cuando empieza a retroceder, es esencial no dejarle que tome aliento, ni concederle siquiera el tiempo de pestañear: abátele inmediatamente. Lo más importante es no dejarle recuperarse. Todo esto ha de ser estudiado cuidadosamente.

Eliminar el corazón

Cuando luchas con un enemigo y parece que estás ganando por tu habilidad en esta ciencia, el adversario quizás todavía mantenga la esperanza y, aunque aparentemente derrotado, se niegue a reconocer internamente la derrota. Eliminar el corazón se aplica en estos casos. Esto significa cambiar repentinamente de actitud, para hacer que el enemigo vez de mantener esa idea; lo principal en este caso es observar cómo se siente derrotado desde el fondo de su corazón. Puedes eliminar el corazón (La Esperanza) de la gente con armas, con tu cuerpo, o con tu mente. Esto no ha de entenderse de una sola manera. Cuando tus enemigos han perdido completamente el corazón (la esperanza), ya no tienes que prestarles atención nunca más. En otro caso, manténte alerta. Si los enemigos conservan aún sus ambiciones, difícilmente sucumbirán.

Renovarse

Cuando luchas con enemigos, si sientes que estás estancado y no progresas, arroja fuera tu estado de ánimo y piensa que estás empezando todo de nuevo. A medida que te hagas con este ritmo, discierne cuando ganar. Esto es renovarse.En cualquier ocasión en que sientes que se está produciendo tensión y fricción entre tú y los demás, si cambias tu mente en ese preciso instante, puedes vencer con una clara ventaja. Esto es renovarse. En el arte de la guerra a gran escala es esencial entender que significa renovarse. Es algo que aparece de repente mediante el poder del conocimiento el arte de la guerra. Esto debe ser atentamente considerado.

Grande y pequeño

Cuando estás luchando contra algún enemigo y te sientes atrapado en pequeña maniobras, recuerda esta ley del arte de la Guerra: en medio de los detalles, cambia súbitamente a una vasta perspectiva. Cambiar a lo grande o a lo pequeño es una parte voluntaria de la ciencia del arte de la guerra. Es esencial para los guerreros intentar hacerlo también en la conciencia ordinaria de la vida humana.

Un jefe que conoce a los soldados.

Un jefe que conoce a los soldados, es un método practicado siempre en tiempos de conflicto, tras haber alcanzado la maestría a la que uno aspira: habiendo logrado el poder del conocimiento del arte de la guerra, piensa en los adversarios como en tus propios soldados, sabiendo que puedes ordenarles lo que desees y manejarles con libertad. Tú eres el jefe, los adversarios son las tropas. Esto requiere práctica.

Ser como un muro de roca.

Ser como un muro de roca ocurre cuando un maestro del arte de la guerra se vuelve de repente como un muro de roca, inaccesible a cualquier cosa y completamente inamovible.

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Sobre Miyamoto Musashi

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De acuerdo con sus propios escritos, Musashi comenzó a comprender el Camino de la Estrategia cuando alcanzó los 50 años de edad. Junto con su hijo adoptivo Iori, un huérfano que había encontrado en sus viajes, se asentó en Ogura en el año 1634. No volvió a salir nunca de la isla de Kyushu. Tras seis años en Ogura, Musashi fué invitado a pasar un tiempo como huésped de Hosokawa Churi, señor del castillo de Kumamoto. Pasó algunos años con Lord Churi, tiempo durante el cual se dedicó a enseñar y a pintar. En 1643 se retiró para llevar una vida de ermitaño en la cueva de Reigendo, lugar donde escribió el Libro de los Cinco Anillos, el cual dedicó a su pupilo Teruo Magonojo. Terminó de escribir el libro unas semanas antes de su muerte, el 19 de mayo de 1645.

Musashi es conocido en Japón como Kinsei, que significa Sacerdote de la Espada. El Libro de los Cinco Anillos encabeza cualquier bibliografía sobre Kendo (esgrima japonesa), y resulta único entre todos los libros sobre artes marciales, en el sentido de que trata la estrategia de guerra a gran escala exactamente de la misma forma que el combate individual.

El libro no es una tesis sobre estrategia, sino, usando las palabras del propio Musashi: Una guía para aquellos que desean aprender acerca de la estrategia. Como tal guía, sus contenidos siempre están más allá de lo que los estudiantes son capaces de percibir.

El maestro escribió que cuando has comprendido el Camino de la Estrategia, no existe una sola cosa que no seas capaz de comprender, y puedes ver el Camino en todas las cosas, de hecho, se convirtió en un maestro en casi todas las artes y artesanías. Realizó obras maestras de pintura en tinta, posiblemente más valoradas que las de cualquier otro pintor, fue un experto en el arte de la caligrafía, realizó esculturas en madera, trabajos en metal, e incluso fundó una escuela de artesanos Tsuba (las empuñaduras labradas de las espadas).

También se dice que escribió poemas y canciones, aunque ninguno de éstos se ha conservado en la actualidad. Su obras estaban firmadas habitualmente con su sello “Musashi”, y también con el sobrenombre de Niten, que significa dos cielos y es el nombre que dió a su escuela de estrategia. Tal y como escribió: Estudia los Caminos de todas las profesiones, y evidentemente fué el primero en seguir su propio consejo.

Su obra no se aplica solo a la estrategia militar, sino a cualquier situación en la cual es necesario usar de la táctica. Los hombres de negocios japoneses usan el Libro de los Cinco Anillos como un manual de gestión empresarial, desarrollando campañas de ventas tal y como si fuesen operaciones militares. Que funcione bien o no, depende simplemente de lo bien que se hayan comprendido los Principios de la Estrategia.

Fuentes: la mayor parte de la documentación del artículo, consiste en texto citado o procesado de sendos artículos de Wikipedia y Geocities.

Lea la obra completa de Miyamoto Musashi en El Libro De Los Cinco Anillos.

Por Alberto López.


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5 Responses to "El Libro de los 5 anillos de Miyamoto Musashi. Una referencia para los hombres de negocios en Japón"

  1. matias  29 mayo 2009

    muchas gracias por esta explicacion del libro, me lo he leido por lo menos 3 veces tratando de ser meticuloso, pero no se si es por que no comparto un dialogo con alguien que lo conosca o que, pero me termino aislando enormemente, o algo asi, asique, a empezar de nuevo, y espero que esta vez funcione mucho mejor, a pesar de que lo que escribes es muy parecido al libro, se nota la mano de alguien que no es japones, por eso, graciass!!!!!!!!!!!!!!!!

  2. matias  29 mayo 2009

    jejejejej se nota que entendiste el libro! en lo que uno lo aplique depende de uno

  3. Alberto López Correa  29 mayo 2009

    Gracias a tí Matías, en realidad la autoría es más bien de las fuentes que cito. Aunque también lo he leido, lo que he hecho principalmente ha sido reprocesar las fuentes, en este caso.

    El libro es a veces complejo por que los japoneses, por su cultura, son mucho más sutiles y elaborados. A veces pueden resultar un poco herméticos para el público occidental.

    Gracias por pasarte por la web y si encuentras algún buen libro para recomendarme lo intentaré leer. Un saludo

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