Hoy lo único claro es la confusión
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Confusión de pronósticos:

Por un lado, los economistas (en su gran mayoría) se la pasan hablando de estanflación (inflación más recesión), escenario aún no verificado, pero del cual estamos cerca, inclusive según algunos índices del INDEC (EMI-EMAE). Por elotro lado, unos pocos economistas (los más optimistas, como Bein y Delgado) han sacudido el mercado sosteniendo que para el 2do semestre de este año la economía argentina va a empezar a repuntar, para terminar creciendo el año que viene al 4-5% anual, lo que no estaría nada mal. En el medio, la gente común y los empresarios, totalmente azorados por el incierto panorama, pero que tienen que tomar decisiones (de consumo y de inversión, respectivamente) en función de lo que ven ahora y lo que es más importante: lo que esperan a futuro (las famosas “expectativas”).

Confusión en la gente y empresas:

La gente observa la siguiente mezcla de cosas:

  • una inflación que no cesa (20-25% anual), si bien se ha amesetado (no crece);
  • ingresos que apenas alcanzan a compensar la inflación (para trabajadores en blanco y libres de impuesto a las ganancias) e ingresos en caída real (para el resto de los trabajadores –blanco y negro-);
  • restricciones a la compra de dólares, que delatan que algo no anda bien (de lo contrario por qué la prohíben, razona el ciudadano común);
  • un dólar paralelo (blue) 40-50% superior al oficial, y cada vez con más volumen de transacción (a qué dólar creerle, razona la gente);
  • algunas grandes empresas anuncian despidos o suspensiones (Renault, Nucete, etc.), si bien en las pymes (donde trabajamos la mayoría) la situación aún se mantiene aceptable;
  • la situación con los depósitos en pesos aún está tranquila (no hay peligro de corralito), pero los depósitos en dólares han caído enormemente;
  • las provincias tienen problemas para pagar el sueldo a sus empleados públicos;
  • cada vez se utilizan más fondos del ANSES, del BCRA y del BNA para financiar al Estado;
  • la presidenta anuncia créditos a “troche y moche”: para viviendas y para las empresas, demostrando la típica preocupación keynesiana por sacar una economía adelante “ a cómo sea”;
  • la presidenta dice que “el mundo se nos cayó encima”, si bien el año pasado (con una situación mundial igual de mala) nuestro país creció por lo menos un 6% anual.

Los empresarios observan también el mismo confuso panorama, pero con algunos adicionales, debido a su rol de hombres de negocio, que los obliga a analizar más estadísticas de mercado que la gente común:

  • desaceleración industrial, porque se trabaron procesos industriales nacionales que tienen algún componente importado;
  • desaceleración de las exportaciones debido a que nuestros socios comerciales, en represalia a nuestras trabas, nos las colocan también ellos, Brasil el principal;
  • desaceleración del consumo privado, porque al haber menos actividad económica y un dólar incierto, hay más temor (incertidumbre) de la gente a endeudarse para consumir (más allá de lo básico); la CAME habla de un 6,8% de contracción ventas minoristas en junio (con respecto a igual mes de 2011).

Reacciones ante la confusión:

Indudablemente, ante todo este panorama, la gente y las empresas están optando por la precaución, es por eso que vemos que el consumo se desacelera y la toma de empleo por parte de las empresas también, lo que ralentiza a toda la economía. Pero el panorama para lo que viene (2do semestre) también es incierto: si bien Bein-Delgado dicen que Brasil, la soja y los créditos de la presidenta nos van a sacar adelante, aún no se observa a muchos animados a tomar decisiones de consumo y de inversión que le den cuerpo a esta inminente expansión; sino más bien al contrario, lo que se observa es pesimismo, pero por sobre todas las cosas, confusión, mucha confusión.

Mientras tanto, el famoso 54% espera que la presidenta “saque algún conejo de la galera”, pero hay que reconocer que a Cristina ya casi no le quedan conejos (con ANSES, BCRA y BNA al límite de uso), y es más, también se la nota bastante confundida (usa la cadena nacional casi permanentemente, como queriendo transmitir una seguridad que ya no se palpa). En síntesis, durante este 2do semestre la clave van a ser “las expectativas”: si gente y empresas vuelven a creer en cierta sustentabilidad del modelo, se dará el pronóstico optimista de Bein-Delgado; de lo contrario vamos a tener “desaceleración para todos”.

Sebastián Laza, Julio 2012


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